Fernando Bethencourt

El programa de actos del Museo Néstor, con motivo del 60 aniversario de su apertura, llega a su fin, pero lo hace con su propuesta estrella. Este jueves, a las 20 horas, se inaugura 'Las majas de Néstor', una exposición compuesta por 14 obras de Néstor Martín-Fernández de la Torre procedentes de los fondos de este espacio museístico y de colecciones privadas, que incluye obras que no se han visto en cien años. La muestra aborda a la mujer española de la época, de peineta y mantilla; que es retratada bajo la mirada de genial de este maestro del simbolismo y, al ser obras de encargo, cumplieron con un propósito nacional: el de reavivar el espíritu y la moral de lo castizo tras la pérdida de confianza por la crisis derivada del Desastre del 98. La mujer, de esta manera, se convirtió en un elemento artístico clave para volver a popularizar España. Esta colección se podrá visitar en este espacio artístico del Pueblo Canario hasta el 6 de octubre.

La muestra, que nace a partir de la colaboración de colecciones privadas, entre las que sobresalen la RNR de Tenerife, las de las familias Siemens y Montesdeoca García-Sáenz o a la colección Endesa Canarias, se adentra en la perspectiva en la que el artista grancanario (Las Palmas de Gran Canaria, 1987 - 1938) retrató a la mujer castiza, ya sea manola, maja o gitana, todas ellas damas de la sociedad que aparecen con mantilla. La exposición permite conocer una de las facetas de la pintura, por encargo, en la que Néstor tuvo como fin satisfacer la demanda de la burguesía "encandilada" de Cataluña, París y Sudamericana hasta 1931.

Daniel Montesdeoca García, director del Museo Néstor explica que esta muestra parte del contexto histórico producido a partir del Desastre del 98 y su impacto emocional en la sociedad con la pérdida de Cuba, Puerto Rico y Filipinas.

"España se encontraba derrotada anímica y económicamente tras este episodio, por lo que necesitaba recurrir a los valores nacionales con el objeto de alentar a una sociedad que se debatía entre la tradición y la modernidad", explicó.

El director e investigador, que ha sido calificado recientemente con un sobresaliente cum laude por su tesis doctoral 'Estudio razonado y catalogación de la colección del Museo Art Nouveau - Art Déco' de Salamanca, señala que a partir de este conflicto se impuso un concepto castizo en el arte con la intención de avivar el espíritu nacional a través de sus principales señas de identidad. Esto tuvo un efecto importante en la creación artística, tanto en el plano musical, como en el literario y el plástico, hasta bien entrada la década de 1930 y contó para este cometido con artistas vinculados al modernismo, el simbolismo o el Art Déco; entre ellos, el grancanario Néstor de la Torre.

"Unos fueron más academicistas que otros. Pero ya fueran decadentistas o costumbristas, supieron plasmar a la mujer española, racial y enérgica, ataviada con mantones, mantillas y peinetas", apunta Daniel Montesdeoca antes de que añadir que: "Este es el caso de Néstor, que junto a Beltrán Massés, Julio Moisés o Anselmo Miguel Nieto, Casas, Zuloaga o hasta el Picasso de la primera época, se deleitaron en retratar a toreros y majas con la intención de popularizar internacionalmente el espíritu diferenciado de nuestro país".

Color y fuerza

La mujer retratada por Néstor es tan ambigua como moderna, dinámica y poderosa: "de tronío, como se decía en aquella época", añade Montesdeoca. Las piezas más antiguas datan de 1910 y en este periplo, "se puede observar cómo la técnica preciosista y plena de color del artista va tomando tintes que se escapan del puro decorativismo para convertirse en figuras andróginas plenas de simbolismo".

El director de Museo Néstor relata como el artista grancanario se empapó del "halo nacionalista" tras varios viajes por Andalucía hasta que en 1910 finalizó la serie titulada 'Mujeres de España'. A partir de este momento, Néstor entra en una etapa de mayor madurez que va de 1914 a 1919, en la que "la grácil composición se llena de destellantes matices de color y de imágenes ambiguas", describe Montesdeoca, que añade que la mujer adquirió un estatus "nunca antes visto", en el periodo de entreguerras.

Sería en la tercera y última de las distintas etapas en las que se divide esta faceta creativa, en la que el artista , instalado en París entre 1929 y 1931, se muestra plegado a "los gustos de aquellos encargos que requerían virtuosismo de orfebre y de esmaltado colorido". En este periodo crea una serie de piezas con destino al mercado americano, sobre todo argentino, "donde los marchantes alicantinos, los hermanos Bou, distribuyeron sus lienzos entre la rica clientela ávida de estilemas decorativistas", explica Daniel Montesdeoca.

En su conjunto, 'Las majas de Néstor' tiene un valor incalculable, según establece el director del museo Néstor. Esto se debe a que la muestra incluye algunos lienzos que no se han visto en público desde hace más de un siglo. Por ejemplo 'La maja de la escala' es una obra que se encontraba en paradero desconocido, hasta que un coleccionista de Tenerife la encontró en un anticuario de Barcelona y la adquirió. Otras, como 'Una limosna por caridad', aparecieron en Argentina, donde el autor tenía muchos compradores. Esta en concreto está unido a una correspondencia en la que los marchantes le pedían al autor mucho más color. Cada cuadro tiene su historia", valora.

Este explica que la exposición nace de otra muestra frustrada, sobre los sátiros, en el que al fallar una pieza en concreto por parte de un coleccionista, "opté por afrontar la que yo siempre había soñado", relata. Sin embargo, admite que su ensoñación era más ambiciosa al existir un patrimonio mucho más extenso en la obra de Néstor.