Recibimos, vía e-mail, de Michael Barry, un irlandés afincado temporalmente en Fuerteventura "durante todo el invierno para escaparme del frío de mi país", unas simpáticas notas que nos aclaran que el origen del apellido Molowny es oriundo de su país, aunque nosotros hace un par de semanas al comentar algunas cosas del mítico futbolista recientemente fallecido señalábamos, recogiendo una referencia inserta en el libro de Carlos Platero sobre los apellidos en Canarias, que "era oriundo de Inglaterra". Y es que desde mediados del siglo XVII se trasladaron a nuestro archipiélago para residir aquí numerosos irlandeses que huyeron tras la derrota de los católicos en las llamadas guerras de los tres reinos (conflictos bélicos que enfrentaron a Escocia, Irlanda e Inglaterra entre 1639 y 1651), época a la que se corresponden los aquí establecidos: los Cólogan, O'Daly, Valois, Sall, Madan, Cullen, O'Shanahan y Kábana, y a los que se añadieron, a finales de esa misma centuria, otros como Power, White, Meade, Kelly, Murphy y el mismo Molowny que, atraídos por la identidad de religión se refugiaron en España y de forma muy principal en las islas, según nos refiere Melchor Padilla en un artículo publicado hace un par de años respecto a los irlandeses que vinieron a Canarias. Nuestro comunicante agrega por su parte otros apellidos de aquel país que también llegaron al archipiélago como los O'Donnel, Butler, O'Shea y Lynch, emigrados desde la isla Esmeralda a nuestro país a causa de aquellas persecuciones. Algunos, aclara Barry, "se dedicaron al comercio, pero la mayoría se metieron en el ejército", explicando, por pura curiosidad, que el primer Cullen arribado a las Canarias en 1739 fue Thomas Cullen, que se radicó en Tenerife dedicándose al transporte marítimo y uno de sus hijos, Domingo, del mismo apellido, se trasladó a la Argentina en 1811 donde casó con Joaquina Rodríguez del Fresno y se estableció en Santa Fe donde fundó un linaje que aún perdura. Se convirtió, dice, en un hombre rico pero metido en política, fue asesinado en 1839 por el dictador Juan Manuel de Rosas.

Así, pues, Charles Barry en un castellano bastante fluido a pesar de que aclara "que le escribo en un pésimo español" nos explica que el apellido Molowny es, "sin lugar a dudas irlandés", agregando con cierto humor "que los ingleses no nos roben ese honor". Nos participa que es muy común en el condado de Clare que está situado en la costa oeste de Irlanda y que sus orígenes proceden de un apellido que en lengua gaélica (irlandés) se escribe "Maol-Domhnaigh", pero que normalmente se representa en la escritura como Moloney, Molouney o Maloney, y que "en aquel condado, precisamente, se pronuncia como se escribe en español: Molowny". La familia (a la que corresponde el escudo heráldico que acompaña estas notas), leemos que fue muy eclesiástica pues entre sus miembros aparece incluso algún obispo, y emergió, de forma principal, en Clare, siendo descendiente de los reyes O'Brian de Munster del que un Molonys fue príncipe de dicho condado. Su territorio estaba situado en la zona del sur-oeste de Irlanda conocida como Kiltannon donde al parecer existe, o existió, un castillo que fue casa-solar del apellido, edificio destruido por un incendio en 1920 y en el que se custodiaban los documentos antiguos de la familia cuando habitaba aquel año el que fue conocido como "el último Molony de Kiltannon", el coronel William Beresforf Malony, que falleció en Dublín en 1960 a donde se había trasladado la familia después del incendio de la casa.

Así que Luis Molowny, nuestro inolvidable futbolista, es descendiente de este acrisolado linaje irlandés a cuya actual familia y descendientes tal vez interese mucho más que al resto de los lectores, a los que pedimos disculpas por la distracción, las breves notas genealógicas que por curiosidad hemos reunido y resumido.