Dice el refranero español que las malas noticias nunca llegan solas. Además de ser la Comunidad Autónoma con la mayor tasa de desempleo, con la mayor tasa de ciudadanos sin formación profesional (más de la mitad de los desempleados carecen de ella), con la mayor proporción de familias por debajo del umbral de pobreza y con los índices de fracaso escolar más inaceptables de toda España, las dos universidades canarias han quedado clasificadas como las últimas de las 48 universidades públicas españolas en el ranking global de 2009 en investigación. Cuando digo las últimas me refiero al puesto 47 y 48 y tanto da que mencione como la última a la Universidad de La Laguna como a la de Las Palmas de Gran Canaria. Una vergüenza nacional.

Un grupo de investigadores de la Universidad de Granada coordinados por Buela-Casal ha realizado una rigurosa evaluación de la producción científica de las universidades públicas españolas con absoluta transparencia, objetividad y rigor informativo. Este análisis, financiado por la Dirección General de Universidades, ha empleado una metodología uniforme y ponderada teniendo en cuenta la diversidad de las instituciones evaluadas. A estas alturas está fuera de discusión la necesidad que tienen los ciudadanos, los estudiantes, los investigadores, los profesores, los gestores de política científica y las agencias nacionales e internacionales que financian la ciencia de contar con un ranking que evalúe la calidad de las universidades y los centros públicos de investigación de nuestro país.

El método de evaluación de Buela-Casal ha considerado la productividad investigadora de los profesores titulares y catedráticos de las universidades siguiendo los Principios de Berlín para el Ranking de Instituciones de Educación Superior utilizando siete criterios que tienen en cuenta la realidad actual de las instituciones y el número de profesores o investigadores de cada institución. Los criterios más destacados incluyeron el número de artículos publicados en revistas científicas indexadas en bases internacionales, el número de proyectos de investigación financiados por el Plan Nacional de I+D en 2009, el número de patentes registradas en los últimos cinco años y el número de becas de formación obtenidas por profesores.

El ranking global 2009 de las 48 universidades públicas españolas en el ámbito de la investigación está liderado por la Universidad Pompeu Fabra en Barcelona, seguida de la Autónoma de Barcelona, de la Pablo de Olavide en Sevilla, la Autónoma de Madrid y la Universidad de Barcelona. El puesto 47 lo ocupa la Universidad de La Laguna y el 48 y último puesto la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria. Lo llamativo es que en algunos de los criterios analizados, ambas universidades canarias tienen o se aproximan al cero en su clasificación. Estos resultados ridiculizan a las universidades canarias y las ponen a la altura de las universidades de países subdesarrollados cuya única finalidad es una formación profesional cualificada.

La investigación no interesa en Canarias. Aquí se ignora que la ciencia da su carácter a la cultura moderna y que es el motor más fuerte del cambio social, un proceso cuyo punto inicial fue la fundación por Humboldt en 1809 de la primera universidad investigadora, la Universidad de Berlín, con la que aparece una figura nueva, la del trabajador asalariado a quien se remunera para que investigue. Para Europa, las universidades y grandes hospitales son centros de investigación, verdaderas máquinas de conocimientos. España tiene buenos investigadores en sus universidades y hospitales pero el gran problema es que en esas instituciones, el 10% de profesores, médicos o investigadores producen tanta ciencia como el 90% restante.

El fraude de la investigación en las universidades en España es grave porque la hipertrofia de personal que enseña pero que no cumple la otra de sus facetas esenciales es el resultado de la promoción de individuos cuyos méritos científicos caben en una foto de carné. Quienes los han promovido son unos insensatos que desconocen que en un futuro próximo, los rankings de calidad van a ser utilizados para otorgar la financiación de todos los centros de investigación del país. Buen día y hasta luego.