El consejero de Presidencia del Gobierno de Canarias, señor José Miguel Ruano, afirma que dentro de unos meses se hablará bien de la Guanchancha. Lo que en otras palabras viene a significar que, de momento, podremos alegar del glorioso cuerpo a rapadura libre sobre sus primeros, y al parecer, ya dramáticos, episodios.

Esta insólita generosidad de Ruano para hacer de los guanchanchos carne de chácara sólo responde a la expectación que se vive en la calle, bares, alpendres y sanatorios de Canarias ante la primera gran misión del indígena cuerpo, que no parten hacia el núcleo del narcotráfico, el crimen y la violencia, no, sino a la Bajada de la Virgen en La Palma, acontecimiento de mayor peligrosidad que todo lo anterior por la hipotética pérdida de frenos en caso de sobrecalentamiento de los discos del trono.

Estos primeros 40 efectivos han de sumarse en bonita armonía y hermanamiento fraternal a las fuerzas policiales de toda la vida que han venido dando seguridad y cobertura a la efeméride. Y, para coordinar todo ello, se celebraba ayer una junta de seguridad, que es una reunión de gente seria y responsable en la que se despliegan mapas, se enumeran medios, se establece dónde se ubica cada uno y se pasa revista al material para diseñar una estrategia común.

Esto también lo hace la OTAN en Afganistán, y los turroneros de Moya cuando quieren distribuir con rentabilidad sus cajas de turrones en las distintas jaranas isleñas. Y digo más, la primera junta de seguridad se describe en el Génesis, aunque terminó fatal (capítulo 3, versículo 24) con la expulsión de Adán y Eva del paraíso.

Pues bien, hete tú que nuestros guanchanchos se saltaron la fundamental reunión. Están sobrados de estrategia y dicen que no les venía bien la hora. Hay mucho jet-lag en un vuelo La Laguna-La Palma, y se la saltaron.

Aunque lo propio es que el bucio-fax no les carburó y se quedaron en el cenobio afilando los naifes y betunando las pisacacas. Pero ahora, ¿dónde coño se ponen, a popa del enano? ¿Reconocerá un policía estándar a un guanchancho como agente del orden o como Bentejuí de compañía? Y si no lo reconoce, ¿le dará un policía estándar un guantazo a un lindo guanchancho por lucir un terno parecido? Ojo con esto. Yo que Ruano pondría a cada poliaborigen con un cucurucho de roscas en una mano y agarrado con la otra a un policía local mayor que lo defienda, no tengamos que incluir guanchancho en el nuevo catálogo de especies en extinción. Entonces sí que baja la Virgen.