Pocas veces tan pocos hicieron tanto por muchos, se podría decir hoy parafraseando aquella reflexión de Winston Churchill en la II Guerra tras una defensa aérea en que los ingleses hicieron retirarse a los alemanes. Aquí no hay aviones. Es una batalla con las armas de la política. La cúpula de Coalición Canaria con el presidente Fernando Clavijo al frente y la diputada Ana Oramas han conseguido con un solo voto en el Congreso el rendimiento de todo un grupo parlamentario. Han colocado a Canarias en el centro de las políticas de Estado. Al menos, en el discurso del candidato a presidente del Gobierno de España la “agenda canaria” ha tenido un relevante protagonismo y ha sido un esfuerzo reconocido.

El socio del PSOE en el gobierno de Canarias ha sabido aprovechar la oportunidad política. La inteligente y veterana diputada por Tenerife no se pierde en formas, tonos o gestos. Apela al contenido de las palabras de Rajoy que han subrayado lo fundamental de la política de Canarias ante el Estado y Europa. El compromiso de culminar el REF, los convenios de carreteras y aguas, las energías renovables, con un trato diferente a las Islas, los fondos para el empleo y el nuevo estatuto de las regiones ultraperiféricas.

Oramas ha negociado con derecha e izquierda. Goza de condiciones para la reflexión y el análisis. Es trabajadora y se esfuerza. También tiene defectos y no es perfecta, pero ha explotado el momento con grandes acuerdos para Canarias y también para España.

El optimismo de Oramas chocaba ayer con el pesimismo de Pedro Quevedo, entre otras señorías. “Ha sido el peor discurso que he escuchado a Rajoy en toda mi vida”, sentenció el diputado de Nueva Canarias, y también socio de gobiernos y elecciones del PSOE. Según los griegos, los dioses de la política ciegan a los que quieren destrozar. Así cada uno ve la realidad del color con el cristal con que se mira. Y alguno se estrella.