Ana Oramas se merece ser ministra en el Ejecutivo de Mariano Rajoy. La diputada de Coalición Canaria por Tenerife, uno de los 170 votos que han dado la mayoría simple al líder del PP para su segunda investidura como presidente del Gobierno de España, primera ante Felipe VI, goza de suficiente experiencia, capacidad, y preparación para llevar con la máxima dignidad una de las carteras de este Gobierno que necesita entenderse con todos, sin rencor ni resentimiento. Ana Oramas es una nacionalista que entiende y milita en el patriotismo constitucional. Su respuesta a un innombrable, que ha sido aplaudida por casi todos, ha reflejado su talante y su talento con un discurso sencillo de forma, transparente en el fondo y directo, con nervio y pulso.

Si Paulino Rivero presidió la comisión de investigación del 11-M, un ministerio de relaciones con las Cortes, o de Fomento como Cambó, resulta menos comprometedor para la diputada Oramas y más aleccionador para la clase política y los nuevos tiempos de un gobierno en minoría.

La abrupta salida de José Manuel Soria de la escena política y la ausencia de un liderazgo claro en el PP de Canarias, ofrecen a Rajoy una oportunidad de cumplir con las Islas, ya que tanto ha agradecido el voto de CC cuando necesitaba llegar a la mayoría. Ninguno de los ministros quiere dejar la cartera y todos los Diputados aspiran a llevarla. Oramas ha superado con gran dignidad la difícil prueba que supone para un nacionalista de buena voluntad hacer política en la España actual. Ha demostrado una singular capacidad para darse cuenta de cómo resulta imposible contar como compañeros de viaje con algunos “nuevos” partidos. Ha sufrido las cornadas del toro de la envidia en su propia Isla, en su ciudad, pero la firmeza de su coraje femenino y su sólida personalidad han sido suficiente coraza para resolver con distinción una indigna faena política.

Esta líder tinerfeña de CC, menos intelectual que mujer de acción, puede perfectamente colaborar en la gobernanza de España. Su facultad maestra es la voluntad pero está dotada de una gran intuición política que la faculta para abrir puertas en la Carrera de San Jerónimo que se les veta a otros con la llave maestra de un mayor número de escaños.

En momentos de crisis e incertidumbre, ante los desafíos más duros, ante situaciones que exigen un mayor impulso de esperanza, de autenticidad humana, de radicalidad y heroísmo, el Dios del Antiguo Testamento actuaba por medio de la mujer. Tal vez Rajoy tenga una respuesta femenina para encarar situaciones semejantes. Entre esos nombres puede figurar, con todo el merecimiento, el de Ana Oramas. Entre otros.