Enfermos oncológicos, a 40 grados en el Hospital Universitario de Canarias

Profesionales y familiares de enfermos recogen firmas y solicitan a la dirección del centro que mejore la situación

Cuesta creer que a estas alturas del siglo, con una sociedad globalizada, con espectaculares avances en todas las área de la vida en Canarias unos enfermos, léase mentales, léase afectados de Alzheimer u oncológicos se vean obligados a gritar el trato deficiente que reciben por parte de una administración que sigue haciéndose la coja para que la carguen. No es de recibo y cuesta creer que ayer, hoy, mañana, sigamos viendo a gente enferma o denunciando carencias que les cuesta la vida. Creíamos muchos por aquí que ese tipo de quejas tan sangrantes como vergonzantes habían quedado atrás. Ilusos. ¿Mala gestión o poco presupuesto?, la eterna pregunta, el debate que nunca acaba. Hace unas semanas eran los enfermos del Hospital Universitario de Tenerife los que se quejaban de las altísimas temperaturas que sufren en la última planta del centro médico. Un escándalo.

Trabajadores y familiares de pacientes de la última planta del Hospital están recogiendo firmas para denunciar los 40 grados que se han dejado sentir en los últimos días en la planta, donde no hay aire acondicionado, según la Ser. La “solución”, dice que dicen, pasa por cerrar las persianas, convirtiendo las habitaciones de pacientes oncológicos (muchos de los que allí están ingresados) en auténticas cuevas. Una auxiliar de enfermería que denunció el caso en la Cadena SER asegura que “lo habitual es que sean los propios familiares los que lleven ventiladores para poder sobrellevar de alguna manera la situación”.

Hospital Universitario de Canarias

El Sindicato Médico de Tenerife se “encuentran estudiando” la situación, que afecta, tanto a las condiciones laborales de los sanitarios, como a los pacientes, sobre los que su delicado estado de salud puede además incidir. Levy Cabrera, portavoz del colectivo médico alertó hace unos días que unos de los golpes de calor ” podrían acabar con la vida de estas personas”. Desde la Gerencia del Hospital, María Soledad Pastor, lamenta la situación vivida en las últimas jornadas, aunque se muestra “sorprendida” de que se estén recogiendo firmas si no ha tenido constancia de quejas previas. En cualquier caso, asegura que el centro ofrece ventiladores a los usuarios y, además, está previsto un plan para instalar una serie de paneles en la planta 10 impar (donde más afecta el sol) que la aísle del calor. Pastor vive en otro mundo como casi todos los políticos. Decir que le sorprende la recogida de firmas en protesta “cuando no ha habido quejas previas” es el retrato más frívolo e irresponsable de una política, en este caso de la Consejería de Sanidad. Un insulto a los que están batallando por vivir, que no es poco. Todos creemos siempre que respecto a Sanidad nada supera una mala noticia. Error, error. Nos superará la siguiente. Los gestores con hacer públicas cifras de reducción de listas de espera creen que ya tienen la aprobación de ese ciudadano que aguarda una atención especializada, que se eterniza, que busca al cirujano que el sistema sanitario público invitó a ponerse en la calle por eso que se llama celos, envidia, incapacidad de gestión en suma.

Que la población canaria tenga el amargo récord de ser la que más diabéticos suma por metro cuadrado y se escatimen inversiones en hábitos de vida que mejore la calidad de vida de tantísima gente, sonroja. Como igualmente sonroja cuando los médicos, los expertos, convocan una macro reunión para informar a la población “lo importante y saludable que es comer pescado y verdura”. Se quedaron calvos. Lástima caramba que esos mismos expertos tan trajeados ellos no convivan un día, uno solo, con un diabético que tiene, pongo por caso, una paga de 800 euros -lujazo para un pensionista- y observara que en ese escenario esa dieta es una quimera. Un día algunos nefrólogos del Negrín hicieron pública una propuesta que quedó en eso, en una propuesta con altavoz. Decían que al sistema sanitario de Canarias le está costando mucho dinero los enfermos diabéticos -problemas renales, amputaciones, etcétera- por lo que aconsejaron distribuir entre la población más afectada una alimentación adecuada como vanguardia de la medicina preventiva. Pero eso, como tantas otras cosas, se lo llevó el viento. Flor de un día. Pero, como ven, la verdad de las cosas no se puede esconder demasiado tiempo bajo la alfombra o tapar el sol con un dedo. Imposible.

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marisol@Ayala