La sociedad canaria es, básicamente, una sociedad pobre y empobrecida, basta con consultar los datos de la Seguridad Social y constatar que poco más de 6.000 isleños que ganan más de 60.000 euros mensuales.

La indigencia lleva al ser humano a situaciones límites, pero no son delincuentes, solo son pobres. Y nada más.

Todos entendemos que un día la vida dé un vuelco, se tuerza y la adversidad te deje sin techo, sin medios, sin amparo y acabes viviendo en la calle, en cualquier esquina. Todos lo entendemos porque todos conocemos casos por el estilo que te los encuentras dormidos en un cajero, en la playa, en un banco, en un parque, etc., Sobreviven al límite pidiendo limosna o mendigando un bocadillo mientras dormitan en la acera. Esas personas un día tuvieron trabajo y familia, ya no. Entre ellos reconozco a un abogado de unos 52 años a quien el paro y especialmente el alcohol le sentaron en la calle. Desgraciadamente en nuestra ciudad esos paisajes urbanos están cada vez más extendidos y ver a indigentes que sobreviven a la intemperie ya nos parece algo natural. Y no lo es. Para apreciar que la sociedad canaria es, básicamente, una sociedad pobre y empobrecida basta con consultar los datos de la Seguridad Social y constatar que son poco más de 6.000 isleños los que ganan más de 60.000 euros mensuales, repartidos casi simétricamente entre las dos provincias. Cuando te desplazas por ciertas tiendas, restaurantes, hoteles y establecimientos comerciales siempre encuentran la los mismos. Los mismos rostros encendidos sobre las mismas delicadezas, los mismas miradas desesperadas. Los mismos.

Escena de hace dos semanas en Las Palmas de GC.

Pero ser pobre ni es pecado ni es delito. Muchos afrontan esa situación con dignidad, incluso avergonzados, pero no todos. No sé cuál es la solución pero se me antoja complicada porque cada vez hay más pobreza en nuestra ciudad y en otras; más vidas en precario y más indigentes que acaban usando la calle, la acera, como si de un baño público se tratara o preparando comida a la vista de los transeúntes. Ya se imaginan en el estado en el que están esas aceras. Patinaje. La semana pasada una señora pisó las sobras de una paella y cayó al suelo. El espectáculo es lamentable. Los vecinos observan al cocinillas y siguen su camino musitando no se sabe qué pero nada bueno. No daré datos concretos y mucho menos ubicación callejera en la que me consta que “viven” esas personas porque los Servicios Sociales deben o deberían conocer los casos pero no pienso facilitarle datos que siempre hay un justiciero suelto. No dudo de que desde el Ayuntamiento de Las Palmas de Gran Canarias se hacen esfuerzos para contentar los historiales más sangrantes pero no es una tarea fácil ni hay presupuesto para abarcar tanto. Mucho paro, mucha precariedad, marginación… En la zona del Parque Santa Catalina, Ripoche, Sagasta, bajos de Playa Alcaravaneras, Paseo de Chil y alrededores, la situación se agrava porque los indigentes que buscan un portal para protegerse tienen una vida ligada al alcohol a las drogas y a esa zona se sienten protegidos. Los vecinos lamentan que los turistas les hagan fotos a los indigentes y que las difundan en su país. Algunas tengo donde hay amagos agresión.

De la pobreza hay mucho que hablar. Hace unos días comentando con un político con alta responsabilidad municipal la situación me sorprendió con la siguiente afirmación. “Hay vecinos de Ciudad Jardín que no han escapado a la pobreza. A la crisis. Viven en chalets destartalados porque carecen de dinero para mantenerlos, deben agua y luz y muchos no cotizaron a la Seguridad Social porque pensaron que tenían la vida resuelta pero la crisis y el paro los ha puesto a la altura de los pobres de la calle”.

Los pobres y los colectivos que se encuentran en riesgo de pobreza y exclusión suman casi la mitad de los ciudadanos que viven en estas bienaventuradas ínsulas. La desigualdad de rentas ha crecido en la última década: los ricos son más ricos, la clase media ha sido diezmada -salvo aquella de naturaleza funcionarial- e incluso los que tienen un trabajo lo pasan mal para llegar a fin de mes.

@marisol_Ayala