¡Cómo te has ido sin avisar!
El cielo llueve igual que mis ojos
viendo que escapas huyendo del mundo
justo ahora, cuando más te necesito.
Me queda sólo tu aroma y la turbia imagen de lo que eras,
algunas breves frases y poco más,
advirtiéndome de que no es un juego sino una realidad.
Quiero creérmelo
pero no puedo
no quiero
se me parte el corazón cuando bajo los brazos
abro los ojos
y veo quien eres
y en lo que te has convertido.
Resvalan ya los recuerdos de quien fuiste
borrando las huellas de tus pasos
que siempre te repito inútilmente.
A veces es tanto mi dolor
que luchan corazón y cabeza
el uno sufre la espera de tu vuelta
y la otra desea poner fin a tanta melancolía.
Tú cediste al encanto
cuando la demensia te secuestró
pero es tanto mi amor
que siempre te espera mi corazón.
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