Con el paso de los años más me voy dando cuenta, que siempre encuentro a personas de las cuales tengo mucho que aprender.

Qué suerte tienen algunos como ella. Es don que Dios le ha dado y la hace ser diferente. Para algunos le puede parecer frágil, pero eso está bien alejado de la realidad.

Piel curtida en arañazos, tropiezos y sinsabores han hecho que salga a la superficie la gran fuerza de su alma y del ejército que la custodia.

Cuando llega algunos momentos de esos difíciles me acuerdo de ella. Y Silvia no lo sabe, pero para muchos, ella es semilla de ayuda para luchar con el día a día de esta vida. Pregúntales a cualquiera que la rodea y te dirá que es especial. ¿Verdad Virginia?

Enhorabuena por abrirnos a muchos los ojos de la esperanza, por estar cerca, ser como eres, y dejarnos aprender de tí esas cosas que con cierta facilidad se nos olvida en el asfalto de lo cotidiano.

Felicidades Margarita, menuda hija, menudo Sergio, menuda familia. Y perdonad si cuando lo necesite, piense en Silvia, y diga mirando al cielo ¡Ayuda!.