El mercado está preocupado por cómo importantes firmas con representación en bolsa se han encontrado en periodos recientes con un nuevo enemigo difícil de superar: la sociedad. En países como México y Francia se han tomado medidas para que las compañías fabricantes de refrescos con azúcar deban comenzar a pagar una nueva serie de tasas obligatorias a la hora de vender el producto. El efecto de esto en bolsa ha sido notable y es posible que haga más daño si cabe a empresas que tienen una fuerte presencia en el mercado de valores. Coca-Cola y PepsiCo temen la forma en la que esta misma medida se irá extendiendo en otros países en el futuro.

Reino Unido ya ha anunciado que ha tomado buena nota del aumento de tasas para los productos azucarados a vista de incorporar esta medida en el año 2018. El golpe será duro para las dos empresas mencionadas, puesto que ambas disponen de ventas líderes en la nación británica. Por lo pronto las ventas ya han comenzado a debilitarse en los países donde se ha producido el aumento de tasas, puesto que el público no ha visto con buenos ojos el aumento de coste y las marcas no han afrontado una reducción en los beneficios. En bolsa las dos empresas ven cómo el valor de sus acciones se reduce a medida que las tasas llegan a tener una mayor repercusión en más y más países.

Para mayor problema, la realidad es que las ventas de las dos marcas han bajado en los últimos años, por lo que colocar un peso sobre su intento de crecimiento es algo si cabe más negativo. En Francia las ventas se redujeron en un total del 3% después del aumento de precio. Los consumidores se están acostumbrando al nuevo precio de los refrescos, pero por ahora aún no se ha recuperado la tasa de ventas en las que las marcas se encontraban antes de que se produjera la caída debido a las tasas. En México la caída ha sido mayor, puesto que ha llegado al 12%. El principal motivo es que el aumento del 10% sobre el precio ha sido más doloroso para los sueldos de los ciudadanos de este país, entre los que se ha optado por abandonar el consumo del refresco a favor de otras bebidas.

El motivo por el cual se están tomando estas medidas disciplinarias por parte de los gobiernos se encuentra en la obesidad. Los índices de obesidad han alcanzado niveles preocupantes en multitud de zonas del mundo. En España un 24% de la población es obesa, mientras que la cifra aumenta al 25% en toda Europa. A los gobiernos les preocupa estas cifras y saben que las bebidas azucaradas, como los refrescos de Coca-Cola y PepsiCo, tienen una gran responsabilidad de ello.

También molesta a los gobiernos que la sociedad está olvidándose de las buenas prácticas de las que hacían gala en el pasado. Con el aumento en el consumo de refrescos se ha ido abandonando cada vez más el consumo de zumo de naranja. La industria ve cómo sus cifras se reducen año tras año. El precio del zumo de naranja sigue cayendo ante la mala situación por la que pasa y a las autoridades les preocupa, puesto que saben que es una bebida más saludable que los refrescos.

La demanda de los zumos se reduce ante la imposibilidad de las marcas por mantenerse firmes ante la expansión de los refrescos. Las cifras son preocupantes. El mercado se desplomó a un 4,9% en cuanto a consumo, cifra en la que el sector no había estado en 15 años. Hay poca demanda y los consumidores se olvidan de los hábitos saludables, lo que está derivando la atención de las autoridades hacia las marcas que creen culpables de ello. Pero no hay que olvidar que tanto Coca-Cola como PepsiCo también disponen de productos especializados en la venta de zumo de naranja. No ocupan un gran porcentaje de las ventas de estas marcas, no llegando al 8% en ninguno de los casos, pero también se les da cobertura por parte de las dos compañías. Mientras tanto quienes tienen acciones de Coca-Cola y PepsiCo se preocupan por si la situación seguirá empeorando en el futuro.