La grabación de un niño que juega y se pasea en el borde de una ventana en un octavo piso, aparentemente ajeno al peligro, ha generado multitud de críticas en Rusia, de donde procede la grabación. Y es que solo la suerte ha impedido que la aventura de este menor haya acabado en una tragedia.

El suceso ha ocurrido en la región de Chelyabinsk, en los urales rusos. Allí, unos vecinos observaron atónitos como un menor salía a una ventana y se paseaba tranquilamente en el borde de la cornisa, situada en un octavo piso. Sin miedo a las alturas y sin que nadie de su casa se percatara de la temeraria acción, el menor se dedicó a escupir a la calle y a mirar al suelo, en ocasiones sin agarrarse a ningún sitio.