Un ladrón entró armado y con actitud amenazadora en un taller mecánico, de donde pretendía llevarse un coche. No obstante, el delincuente no contaba que un trabajador del taller no le pondría las cosas fáciles.

La escena, grabada por una cámara, muestra cómo en un momento dado los dos protagonistas desaparecen y el portal del taller se cierra.

Unos segundos después, el ladrón vuelve a escena intentando huir mientras le persigue el trabajador con la pistola del delincuente. El operario, sin embargo, no llama a la Policía, sino que obliga al ladrón a limpiar todos los coches del taller mecánico.