No es un videojuego, ni un programa de televisión ni la última hazaña de alguno de los 'YouTubers' de moda, pero en Estados Unidos muchos niños y adolescentes no pueden pensar en otra cosa y la moda ya ha atravesado fronteras gracias a internet. Es el reto de la botella o 'bottle flipping'.

La apuesta es sencilla: hay que conseguir que una botella de plástico con agua aproximadamente hasta la mitad caiga de pie tras hacerla girar. El resto puede complicarse cuando la apuesta es que caiga en una superficie pequeña, como una mesa o una estantería, o en un lugar muy alto, como la parte de arriba de una farola, pero lo más común es, una vez conseguido, aumentar el número de veces consecutiva que cada persona consigue repetir el reto.

Como casi todo lo que llega a los adolescentes, la moda ganó popularidad después de que un concursante en un programa de talentos, Michael Senatore, hiciera el reto de la botella en Charlotte, Carolina del Norte y el vídeo se subiera a YouTube. Ese video, que fue subido en mayo de 2016, tiene ahora más de 6 millones vistas, y miles de vídeos con el mismo reto circulan por internet o a través de mensajería instantánea.

El más difícil todavía. Conseguir que una o dos botellas giren y se mantenga de pie al mismo tiempo, conseguir que las botellas se mantengan en pie boca abajo, enganchar a un hermano pequeño al reto y conseguir que lo haga con 7 botellas seguidas o hacer 200 giros consecutivos, son sólo algunas de las hazañas que estos chicos han realizado con las botellas.

Pero no sólo los más pequeños se divierten jugando con las botellas, personas de todas las nacionalidades y de todas las edades han sucumbido al reto de la botella. Nadie sabe cuánto durará o qué otro reto copará las listas de Youtube el próximo mes, pero mientras tanto, la botella ha llegado a nuestras vidas.