Todo ocurrió sólo un día después de Halloween. Un hombre disfrazado de Spiderman vio cómo una mujer trataba de huir de una tienda de disfraces en Toronto, Canadá, con prendas robadas. El superhéroe, que observó cómo el vigilante del establecimiento intentaba retener a la mujer sin éxito, decidió que tenía que intervenir.

Así pues se abalanzó sobre ella, haciendo gala del personaje al que imitaba, y junto al guardia de seguridad consiguieron inmovilizar a la delincuente hasta que la Policía se personó en el lugar de los hechos.