El avión cubría la ruta Talakan, en la república rusa de Sajá (Yakutia). Un pasajero grabó las imágenes del momento en el que una de las turbinas comenzó a arder. "Pensé que era ateo, pero me puse a rezar", ha señalado el testigo al diario ruso Siberian Times.

Según cuenta el diario, la compañía ha explicado en un comunicado que "la tripulación tomó todas las medidas necesarias e hizo un aterrizaje en el aeropuerto de donde había despegado".

Afortunadamente ningún pasajero resultó herido y, tras realizar un aterrizaje de emergencia, pudieron coger otro avión. Ahora las autoridades competentes han abierto una investigación para aclarar lo sucedido.