Una empleada italiana ha conseguido que le den dos días de permiso retribuido para atender a su perro que tenía que ser sometido a una intervención quirúrgica. La mujer que vive sola demostró que su petición estaba justificada, porque el caso suponía un grave problema personal, según ha publicado el medio italiano Il Corriere della Sera.

La mujer, que trabaja como administrativa en la Universidad de la Sapienza de Roma, argumentó que no tenía a nadie a quien delegar la atención a su mascota.

El departamento de personal le solicitó a la interesada toda la documentación sobre tan inusual petición, al considerar que no existían precedentes para la asistencia a animales domésticos.

La empleada se dirigió a la Liga Anti vivisección, organización italiana contra la experimentación científica con animales, que le dio soporte legal y tramitó la documentación de los veterinarios.

Con varias sentencias del Supremo sobre el maltrato animal por no asistirlos adecuadamente, la mujer pudo demostrar que si no cuidaba a su perro cometía un delito penado por la ley.

El presidente de la Liga Anti vivisección, Gianluigi Felicetti, ha explicado que este caso es un "paso significativo que considera a todos los efectos los animales domésticos como miembros de una familia".