El PP ha esperado hasta última hora para decidir su candidato a las elecciones europeas del 7 de junio. Tras muchos meses de dudas y amagos en una y otra dirección, finalmente, su líder, Marino Rajoy, ha optado por ceder a las presiones del ala más dura del partido y encargar a uno de sus máximos representantes, Jaime Mayor Oreja, la disputa de unas elecciones que para él mismo como líder del centro-derecha español pueden ser determinantes.

Mayor Oreja ya fue candidato del PP en las elecciones europeas de 2004, cuando perdió por sólo un diputado frente al socialista Joseph Borrell, y se da por hecho que ésta podría ser su última comparecencia en una gran cita electoral.

Muchos dentro incluso del PP consideran que Mariano Rajoy ha cedido en esta designación en realidad para convertirle en un candidato escudo o coartada, es decir, hacerle responsable de un posible mal resultado electoral. De esta forma, el presidente del partido lograba una pequeña tregua del sector que amagó con disputarle el liderazgo en el congreso de Valencia precisamente por su cambio de estrategia respecto a los partidos nacionalistas, batalla en la que Mayor Ore- ja se significó contra el propio Rajoy.

De hecho, antes de que a mediados de diciembre Rajoy se decidiera por el político vasco, se especuló con un candidato de perfil completamente opuesto como es el del alcalde de Madrid, Alberto Ruiz-Gallardón, o el de algún representante del sector moderado y afín a la dirección actual.

Los medios conservadores, tradicionalmente ligados al PP ya habían lanzado una campaña en toda regla para forzar la designación de Mayor Oreja y amenazado con patrocinar una rebelión interna si finalmente no era así.

POSICIONES MÁS RADICALES. El candidato popular es el prototipo de político conservador en España, aunque ha evolucionado hacia posiciones más radicales en los últimos años a medida que se ha visto mejor acogido por el sector más duro de su partido en relación con la política antiterrorista.

Durante su estancia en el Parlamento de Estrasburgo, Mayor Oreja se ha negado a condenar el franquismo, ha intentado en distintas propuestas identificar inmigración y terrorismo yihadista y se ha situado a la derecha del grupo popular europeo. Durante su etapa en el Ministerio de Interior fue claro partidario de abordar el fenómeno de la inmigración como un claro problema policial y de orden público y, por ello, no tuvo ningún reparo en avalar los traslados alegales de 'sin papeles' que hacía el entonces alcalde de Las Palmas de Gran Canaria, José Manuel Soria, a la Península, o el de varios cientos de inmigrantes a algún aeropuerto africano tras habérsele suministrado alguna droga.

Vasco, de 58 años (San Sebastián, 1951) que llegó a ser uno de los políticos mejor situados para suceder a José María Aznar al frente del partido en 2004, Mayor Oreja se ha recuperado en parte con esta designación de su prematuro declive político tras un periodo de ostracismo en su partido precisamente por cuestionar el cambio de estrategia de Rajoy respecto a la pasada legislatura.

Curiosamente, uno de los destinatarios indirectos de sus críticas en este tiempo ha sido el propio presidente del partido en Canarias, José Manuel Soria, por su famoso enfrentamiento con María San Gil durante la redacción de la ponencia política del PP en el último congreso del partido, en la que el líder canario defendía el entendimiento con los partidos nacionalistas.