El mítico canto de la pardela ya se escucha en el Archipiélago Chinijo. Uno de los islotes deshabitados, Alegranza, el de mayor tamaño tras La Graciosa, alberga a la segunda mayor colonia del mundo. Las primeras parejas acostumbran a llegar para el periodo de cría en agosto. Coincidieron por tanto con José Luis Rodríguez Zapatero y su familia, que arribaron a Lanzarote para disfrutar de sus vacaciones el día 2 de este mes, con lo que justamente hoy se cumplen sus dos primeras semanas de estancia. Quizás el presidente no lo supiera, pero es probable que en sus paseos en zodiac por estas aguas, declaradas Reserva Marina -la mayor del país- se haya cruzado con el increíble vuelo rasante de alguna o varias pardelas en busca de peces.

Las últimas idas y venidas de Zapatero han sido, en cierto modo, un tránsito entre el infierno y el paraíso. El Falcon de la Fuerza Aérea Española que le trajo hasta el aeródromo militar de Guacimeta apenas tuvo tiempo de enfriar los motores. Tras dirigirse a la residencia de la Mareta (Costa Teguise) para poco más que dejar las maletas y comer algo, partió un par de horas después rumbo a La Palma para conocer de cerca la devastación provocada por el fuego en esta isla y anunciar ayudas urgentes que serían aprobadas en el siguiente Consejo de Ministros. Allí coincidió con el presidente del Gobierno de Canarias, Paulino Rivero. Fue una escala en la tragedia.

Más allá de la lectura de su amado Borges, Zapatero y los suyos han hecho mucha vida casera (han comido en el interior de La Mareta la mayor parte de los días y cenado en la totalidad de las ocasiones) y, sobre todo, han disfrutado del mar, aprovechando la bonanza de las aguas. Las primeras incursiones tuvieron lugar en el Sur, partiendo en zodiac desde el puerto deportivo Marina Rubicón, en Playa Blanca, en el litoral del municipio de Yaiza. En la mar logró pasar totalmente desapercibido durante los primeros días. No lo logró en tierra, cuando este periódico logró capturar una fotografía del presidente corriendo a primera hora de la mañana del miércoles 5 de agosto por la Vega de San José (Teguise). El personal de seguridad de Moncloa obligó al fotógrafo a borrar las imágenes, que luego pudieron ser recuperadas. Al día siguiente, Moncloa se disculpó con este diario tanto por este hecho como por el registro de la habitación de hotel donde se hospedaba una redactora del periódico.

El viernes 7 Zapatero asistió al cónclave socialista en el hotel Gran Meliá Salinas, interpretado como una nueva unción del secretario general del socialismo español a su escudero en Canarias, Juan Fernando López Aguilar. Esta misma semana recibió la visita de una de sus manos derechas, el ministro de Industria, Miguel Sebastián, con el que partió hacia el Archipiélago Chinijo el martes, dos días antes de la celebración del Consejo de Ministros en Madrid. Esa jornada visitaron lugares tan espectaculares como Montaña Amarilla (una cala escondida en La Graciosa), las inmediaciones de Alegranza y la playa del Risco, al norte de Lanzarote.

Hace poco, Margarona, la alcaldesa pedánea de La Graciosa, dijo que le diría a ZP, si lo veía, que mimara más a la octava isla o que de lo contrario se independizarían. Sería sin duda una muy mala noticia para los Zapatero. Días más tarde, su esposa, Sonsoles Espinosa, gran aficionada al submarinismo, fue vista practicándolo en el barranco del Quíquere, en la costa de Tías.

Querría Zapatero que el mundo se redujera a arena de playa y aguas cristalinas bajo sus pies. Pero el verdadero infierno, el que sufren muchos españoles, aguarda por él y por sus remedios para no abrasarse en la más dura crisis.