La crisis de la construcción y del turismo, binomio que ha liderado la economía canaria en las últimas décadas, ha provocado que las miradas se hayan vuelto de nuevo a la agricultura, un sector que a finales de los años 60 y principios de los 70, cuando aún el sector turístico estaba en pañales, ocupaba a la mitad de la población de la época. Según el Gobierno que preside Paulino Rivero, uno de los objetivos de la diversificación de la economía canaria es potenciar el sector agrícola e impulsar el retorno de muchas trabajadores al campo tras emigrar a otros sectores.

Pero las cosas no son tan fáciles. El economista y técnico de la COAG, Manuel Redondo, considera que la capacidad de absorción del sector es muy limitada si no hay una "apuesta clara" de la Administración no sólo por el sector agrícola, sino también por el industrial. Para Redondo, las subvenciones que recibe el sector son necesarias para mantener una actividad que cuenta con muchos handicaps y desventajas con respecto al continente y a otros mercados competidores. El dirigente de la COAG recuerda que los empresarios se han beneficiado durante muchos años de la RIC para invertir y no han pagado el Impuesto de Sociedades.

Este movimiento de vuelta al interés por la agricultura se verifica también en otras comunidades autónomas que basaban su economía en sectores especialmente castigados por una crisis que ha mandado al paro a muchos trabajadores.

La idea de revitalizar el trabajo en el campo como una estrategia para conseguir diversificar la economía se enfrenta, no obstante, con otras dificultades derivadas de la propia estructura económica de España o la Unión Europea, así como por la fuerte competencia que los productos agrícolas canarios puedan encontrar en los de otras regiones con costes laborales más bajos.