El Ministerio de Fomento tiene intención de iniciar una ambiciosa política de reajuste de las tasas aeroportuarias a cuenta de los 400 millones que espera ahorrarse por el recorte de los sueldos a los controladores aéreos. Así se lo expresó ayer el titular del Ministerio, José Blanco, al presidente de Canarias, Paulino Rivero, en una reunión de urgencia para abordar la situación de los aeropuertos canarios y las numerosas incidencias que se han producido en las últimas semanas. Blanco aseguró compartir la preocupación de las autoridades isleñas por los efectos en Canarias de la huelga encubierta de controladores y se comprometió a tomar "decisiones" que impidan la reproducción de esas incidencias, aunque Rivero exigió que esas medidas se pongan en práctica antes de febrero y sin esperar a la firma del nuevo convenio de este colectivo, prevista para abril.

Blanco y Rivero coincidieron en apuntar a los controladores como los responsables de los retrasos en los aeropuertos canarios y en el perjuicio que esta situación puede ocasionar a la economía canaria. Por ello, señalaron también la importancia que va a tener en las Islas la rebaja de las tasas aeroportuarias más allá de las bonificaciones que se han establecido para superar la crisis turística. En este marco, ambos resaltaron la necesidad de conseguir unos aeropuertos más competitivos y en defender el "interés general" sobre los "privilegios" de los controladores.

El ministro dijo tras la reunión que "si tengo que elegir entre defender los privilegios de unos pocos, y defender el interés general de España, elegiré con total determinación el interés general". Y añadió: "hablo de poder ofrecer tasas de navegación aérea más baratas, que sean más competitivas y que incentiven la llegada de turistas, porque el turismo es un sector estratégico para la economía española y es vital para la economía de Canarias".

Paulino Rivero, por su parte, puso datos a algunas de las ideas adelantadas por el ministro. Según explicó, "las mejoras que se puedan conseguir como consecuencia de las necesarias medidas que hay que tomar para abaratar el costo de las operaciones en los aeropuertos deben tener repercusión en los ciudadanos, en los pasajeros y en las tasas". Según Rivero, "si España se pone en la media europea en gasto por coste de controladores, eso supondría un ahorro de en torno a 400 millones de euros que debería repercutir en la rebaja de las tasas".