Preocupado por la manipulación de la historia, Manuel de Paz se atreve con todo. Acaba de publicar un trabajo sobre la piratería en las Islas y en esta entrevista da un repaso al antigodismo redivivo, a la manipulación de la historia o a los orígenes de la corrupción

- ¿Cree usted que hay un rebrote de la xenofobia en las islas?

- Respecto de la negritud yo creo que no. Pero quizá sí se dé más a nivel de emigrantes del Magreb.

- ¿Y qué opina del antigodismo?

- El antigodismo no es exactamente xenofobia, sino un juego moralmente criticable, pero poco creíble. Yo creo que lo que se vive en Tenerife es algo muy poco representativo. Que se resucite artificialmente el antigodismo me parece muy ridículo, un sainete.

- ¿Le parece a usted un debate superado?

- No, lo que pasa es que hablamos mucho de la crisis y así parece que la crisis es mayor. Levantar el velo del falso independentismo para justificar las tropelías que se cometen en el ámbito local me parece tan infame que prefiero no prestarle atención. Usamos el godismo, el odio al godo, para justificar nuestra propia incompetencia, nuestra poca capacidad de superación. Nos decimos que más vale ser canario y tonto que foráneo e inteligente. Y ese es un debate que no vale nada.

- ¿Cree usted que esa técnica ha sido utilizada frecuentemente?

- Históricamente se ha dado mucho esa situación. Pero eso no quiere decir que la identidad cultural de nuestro pueblo no deba ser analizada y estudiada. Somos el único pueblo europeo que tiene una base indígena, mezclada con otras muchas europeas, castellana, normanda, portuguesa, andaluza, de Flandes…

- ¿Somos los canarios -como se dice vulgarmente- hijos de mil leches?

- Somos un grupo étnico surgido de la mezcla de distintas procedencias, y ubicado en un espacio marítimo, abierto a muchísimas influencias. Y eso marca diferencias. Tengo un colega que dice que ser de aquí es como ser de Cuenca, y yo siempre le digo que si a uno de Cuenca le preguntas si se siente más conquense que español, te va a mirar sin entender la pregunta. Y esa pregunta sí tiene sentido aquí: estamos a dos mil kilómetros de mar, y fuimos una colonia.

- Nunca existió contrato colonial en Canarias.

- Exacto: fuimos una colonia en el sentido tradicional del término: el de hijos de establecidos en… En Canarias jamás existió el contrato colonial, fuimos siempre territorio de derecho común, compartíamos el derecho que los madrileños o los de Cuenca, no el de los americanos, que sí eran sujetos de derecho colonial.

- Todas las tonterías que escuchamos a diario decir a muchos dirigentes políticos sobre nuestra historia, ¿no evidencian un profundo desconocimiento?

- Desde luego. Ni conocemos nuestra historia ni la asumimos tampoco. Y hay que asumir la historia. Las cosas son muy complejas, y en el presente se ven con mucha simplicidad. Hay que conocer mejor la historia de Canarias, y la de España, y la relación entre ambas. Y analizar los mecanismos de la manipulación histórica, que en Canarias se pueden detectar con frecuencia cuando se trata de construir un sentimiento o un ideario nacionalista. Que luego resulta que no es tal, sino sólo insularista, de defensa de lo más cercano, basado en una visión de espacios insulares de poder.

- ¿Sigue siendo Canarias una sociedad gobernada por el caciquismo?

- Pues sí. Aunque ahora hay caciquismos nuevos, como el de la construcción, o el político.

- ¿Es la corrupción un mal endémico en Canarias?

- Yo creo que hay hábitos importados de América, pero en Canarias siempre tuvo mucha importancia, mucha base social, todo lo que tenía que ver con los tráficos ilícitos, el contrabando… Sin duda esa cultura del contrabando se traduce en un mayor porcentaje de ilegitimidad en los comportamientos públicos. Todas las democracias tienen un porcentaje de ilegitimad, de tráficos de influencia. La sensación que tengo es que en Canarias es más alto, quizá vinculado al turismo, la especulación…

- ¿Son los políticos canarios de ahora peores que los de otras etapas históricas? ¿Son más burros los políticos de hoy que los de antes?

- No, no, son igual de burros. El nivel actual es muy mediocre y además bastante arcaico. Pero es verdad que la tierra produce lo que produce, la mayoría de nuestros políticos son fruto de esta tierra. Y en ellos se encuentra el empecinamiento absoluto, la soberbia, el no admitir la realidad… Los políticos suelen decir que los universitarios somos vagos y vivimos al margen de la realidad. Eso me da el derecho a decir que ellos son más vagos y viven completamente alejados de la sociedad. Y lo peor es que perjudican mucho más a los ciudadanos.