Miguel Cabrera Pérez-Camacho deja la Portavocía del PP en la Cámara regional tras cuestionar el viaje del Paulino Rivero a Cuba. Algunos dirigentes del PP sostienen que Pérez-Camacho hizo público el criterio del partido y argumentan que a la isla caribeña se va sólo a buscar relaciones "gratificantes". Cuba no deja indiferentes. El viaje ha provocado una tormenta política.

La visita de Rivero a Cuba es un disparate absoluto". Esta frase le ha costado el cargo de portavoz parlamentario del PP a Miguel Cabrera Pérez-Camacho. El diputado popular cuestionaba con esas palabras la visita oficial que realizó la semana pasada el presidente canario a la isla caribeña. "Se trata de una opinión personal", se apresuró a corregir el líder del PP en las Islas, José Manuel Soria, quien al final, el pasado sábado, forzó a su parlamentario a abandonar la Portavocía del grupo Popular. Pérez-Camacho acababa de perder la confianza de la dirección regional del PP.

No era la primera vez que Miguel Cabrera Pérez-Camacho ponía en un brete a Soria con comentarios y acciones que colocaban al borde del precipicio al pacto de Gobierno que mantienen populares y nacionalistas en Canarias. Sin embargo, resulta chocante que haya sido una crítica al régimen cubano de los hermanos Castro la que haya provocado la destitución de este diputado, el único que puede presumir de no cobrar "ni un euro" por su labor en la Cámara regional.

La cúpula nacional del PP ha censurado en múltiples ocasiones a las autoridades cubanas. Para los populares, el régimen es una dictadura a la que la Unión Europea debería de enfrentarse.

A pesar de esta postura, uno de los políticos españoles que no han dudado en viajar a Cuba ha sido el presidente de honor del PP, Manuel Fraga. "Son cosas de don Manuel", respondían desde Génova en 1991, año en el que el entonces presidente de la Xunta visitó de forma oficial la isla caribeña.

Fraga regresaba a Cuba en septiembre de hace casi veinte años sin atender a las recomendaciones que se le hacían desde su propio partido. Regresaba porque el fundador del PP había vivido durante su infancia en la localidad cubana de Manatí, a la que sus padres habían emigrado desde una empobrecida Galicia. El político gallego no hizo caso tampoco del contexto internacional del momento, con el ocaso del comunismo y la caída del Muro de Berlín de fondo. Ni siquiera tuvo en cuenta las nefastas relaciones que mantenían en aquellos años el ex presidente socialista Felipe González y Fidel Castro.

A partir de aquel septiembre de 1992, Fraga y Castro se hicieron amigos. El líder gallego ha mantenido esa amistad a lo largo de los siguientes veinte años e incluso en momentos de mucha tensión entre los dos países durante la administración del ex presidente José María Aznar.

"La verdad es que a Pérez-Camacho no le faltó razón al referirse a la dictadura del régimen castrista", señalan algunos compañeros del partido, quienes recuerdan al mismo tiempo que en 2004 La Habana negó la entrada a la isla del encargado de Relaciones Internacionales del PP, Jorge Moragas. El equipo de Fidel Castro consideró entonces que el dirigente popular no era más que un "enemigo de la revolución". Las autoridades cubanas llegaron a calificar a Aznar en aquel momento de "frustrado y patético".

Pérez-Camacho, sorprendentemente, ha decidido ahora guardar silencio. "Lo único que puedo decir es que voy a seguir defendiendo la esencia ideológica del Partido Popular", comentó ayer, al tiempo que reiteraba que no dudó ni un momento en poner su cargo a disposición del partido tras considerar que había perdido la confianza de José Manuel Soria.

El ya ex portavoz del grupo Popular en la Cámara regional precisó además que sólo cuestionó el viaje del presidente canario a un país "dictatorial", en el que centenares de personas permanecen encarceladas por su ideología contraria al régimen castrista.

"No voy a cambiar mi forma de pensar", advirtió Miguel Cabrera, mientras en otras partes de la Península se reproduce esta polémica con críticas del PP a viajes de dirigentes del PSOE a la isla caribeña.

En Asturias, el presidente del Principado, el socialista Vicente Álvarez Areces, no deja de recibir ataques por parte del PP tras anunciar que prepara un viaje a la isla caribeña. "No sé qué negocios se pueden hacer en Cuba, desde luego, no de tipo empresarial, aunque no dudo que haya otras relaciones tremendamente gratificantes", denunció no sin ironía el presidente de los populares asturianos, Ovidio Sánchez.

"Al fin y al cabo, insisto, no hago más que defender la esencia de la ideología de mi partido", concluyó Pérez-Camacho, convencido de que a buen entendedor, pocas palabras bastan.