Las preguntas eran propicias y la sesión plenaria de ayer en la cámara regional a poco estuvo en mutarse en zoco moruno o bazar de marcas, que lo mismo da. Sobre la mesa, o mejor sobre los escaños de los socialistas, el tema que más ha dado que hablar la pasada semana: los gastos protocolarios y de representación aprobados por Presidencia de Gobierno. Y entre ellos, con más morbo que ningún otro, la peineta, mantilla y vestido de gala confeccionado en otomán que lució la primera dama canaria para cumplir como se debe con la tradición y costumbres de la Armada.

Curioso que todo el debate de la austeridad en la Comunidad Autónoma pase por el carey y el chantilly de la esposa del presidente Rivero, la también concejala del Ayuntamiento de Santa Cruz de Tenerife Ángela Mena.

El diputado Julio Cruz, en el fragor del debate, tachó el gasto de "insulto a los ciudadanos" y de indecencia que el Gobierno en plena crisis económica se gastara 1.260 euros en un vestuario que irá de cabeza al armario presidencial a falta, apuntó, de un museo de los desmanes de este gobierno más grande que el Metropolitan de Nueva York.

En las cuitas sobre la vestimenta no se hizo mención, por cierto, a los modelos que sus señorías las féminas se calzan (algunas con calzador) a cuenta de que entre pregunta y pregunta a los miembros del Gobierno son enfocadas por alguna cámara ávida de imágenes frívolas que aligeren tan sesudos debates.

De rosa de arriba abajo, incluido el forro del móvil, iba la portavoz del grupo popular, María Australia Navarro, alzada sobre sus diez centímetros de estilete, es además la encargada de jalear a la banda popular. ¿Que el vicepresidente José Manuel Soria recordaba una rueda de prensa dada por los socialistas sobre una comida que, dijo, no existió? Pues risas; ¿que había que subrayar que no rechazaron en 2005 el gasto para el gabinete de prensa de Economía que ahora critican? Pues recriminaciones a voz en cuello. Y es que había que entretener una sesión que ayer empezaba con los representantes masculinos de los tres grupos parlamentarios firmando la Carta de Hombres de Canarias por la Igualdad de Género. Un documento que, contaron, supone un reconocimiento al trabajo del movimiento de las mujeres por "una sociedad más equilibrada entre ambos sexos". El primero en poner su rúbrica fue el presidente de la cámara, Antonio Castro, justo detrás de la de Rivero, que hace una semana hizo lo propio en la celebración del Congreso de Hombres y Mujeres.

La consejera de Bienestar Social, Juventud y Vivienda, Inés Rojas, insistió en la justicia del acto, pues "las mujeres no podemos conseguirlo solas". E invitó a remover los obstáculos a los que se enfrentan en el ámbito público y la excesiva carga que representa lo privado.

Claro que a la media hora era la consejera de Sanidad la que se descolgaba con que la nueva ley del aborto impulsada por la ministra Bibiana Aído creará inseguridad jurídica a los médicos a cuenta de que no sabrán discriminar qué menor de 18 años miente sobre el consentimiento de sus padres a la intervención. Teme Roldós encontrar a su plantel de facultativos en la cárcel y las maternidades atestadas de muchachas díscolas.

Para colofón, la responsable de Educación y Cultura, Milagros Luis Brito, eludió responder en los pasillos sobre los criterios que se utilizan en el programa Septenio para otorgar una subvención de 300.000 euros al inventario de pinos herreños.