Mancomunar servicios o desaparecer. Ésta es la tesitura en la que se encuentran una buena parte de los ayuntamientos canarios ante la magnitud que ha tomado la crisis y los recortes que se están produciendo para frenar el déficit público. Así lo reconocen muchos alcaldes y expertos conocedores de las administraciones canarias ante la situación insostenible de las arcas de los 88 ayuntamientos, que destinan cerca de la mitad de su presupuesto global, más de 2.500 millones de euros, a pagar las nóminas de los cerca de 20.000 empleados que tienen en plantilla frente a poco más de 300 millones que destinan a inversiones directas. El incremento de los gastos de personal ha ido en paralelo al desplome de la inversión, el endeudamiento se ha disparado -unos 800 millones- y el descenso de las transferencias que reciben de otras administraciones supone que el panorama sea cada vez más desolador.

Las comparaciones con la situación de hace diez años reflejan bien a las claras cómo han evolucionado los ayuntamientos canarios. A principios de la década, en el año 2000, los consistorios destinaban a personal poco más de 400 millones de euros, mientras que diez años después esta cantidad se ha más que duplicado. Sin embargo, las inversiones han bajado de unos 400 millones a poco más de 300.

El debate sobre si sobran o no ayuntamientos ha llegado a Canarias, aunque de forma más tímida que en el resto del territorio nacional, donde ya el Estado se está planteando seriamente meter la tijera en la selva de ayuntamientos que pueblan el país, sobre todo en la mitad norte de la Península. Aunque no se quiere emular a Grecia en la situación económica, sí se está analizando el caso griego porque ha reducido a un tercio sus consistorios para atajar el déficit. También Irlanda se encuentra en pleno proceso de fusión de sus municipios. En España hay 8.115 ayuntamientos, 88 de ellos en Canarias. Hace sólo tres años surgió un nuevo municipio, El Pinar de El Hierro, todo un lujo en las circunstancias actuales, mientras que en otras islas hay movimientos secesionistas larvados.

EXPERTOS. Según expertos como Óscar Bergasa, economista y antiguo dirigente de la Fecam; José Suay, catedrático de Derecho Administrativo de la ULPGC, o Manuel Sarmiento, profesor de Derecho Administrativo y experto en cabildos, el caso de Canarias es diferente por su fragmentación y las singularidades orográficas y demográficas de las islas con cumbres, costas, zonas turísticas y grandes concentraciones urbanas. Por ello, reclaman una reforma administrativa urgente para delimitar las competencias y servicios que debe prestar cada administración, pero también apuestan por las mancomunidades como única fórmula alternativa para que las corporaciones locales no entren en quiebra. No obstante, sí creen que hay poner sobre la mesa el debate sobre si el número de ayuntamientos e excesivo y no desechar la opción de suprimir o fusionar algunos.

El modelo municipal de Canarias permanece prácticamente inalterable desde finales del siglo XIX. Frente a la fragmentación territorial de islas como Tenerife o La Palma se encuentra el moderado número de municipios de Lanzarote o Fuerteventura. También resulta llamativa la disgregación del norte de las dos islas capitalinas frente a las grandes extensiones de los municipios del sur. Pero la división nunca fue así, ya que hay comarcas de las islas que en sus orígenes eran un solo municipio y después se fueron sucediendo los fraccionamientos hasta llegar a la configuración actual.

El debate sobre la reforma administrativa se ha intensificado como consecuencia de la crisis y de los problemas con los que se van a ver la Comunidad Autónoma, los cabildos y los ayuntamientos para elaborar los presupuestos de 2011. No obstante, este reto largamente aplazado en Canarias no tiene visos de acometerse con decisión al menos hasta después de las elecciones autonómicas y municipales.