El ex presidente del Gobierno de Canarias, Adan Martín Menis, murió este domingo 10 de octubre a los 66 años en un hospital de Barcelona, donde permaneció meses ingresado tras un trasplante de médula.

Hace poco más de un año, el ex presidente del Gobierno de Canarias aseguraba en una entrevista que su cáncer linfático no era curable, y que de lo que se trataba era de "ganar tiempo". Al final la enfermedad le ganó la batalla, aunque Martín permaneció en activo hasta los últimos momentos de su vida.

El santacrucero fue primero teniente de alcalde del Ayuntamiento de Santa Cruz de Tenerife, luego consejero en el Cabildo tinerfeño, hasta dar el salto al Parlamento nacional y regresar a la corporación insular y presidirla durante doce años.

Martín no terminó ahí su vida política y, tras su etapa cabildicia, pasó a encargarse de la vicepresidencia regional y de la consejería de Economía y Hacienda. Finalmente, en 2003, se convirtió en presidente del Gobierno de Canarias tras sustituir a Román Rodríguez.

Este ingeniero industrial estaba inmerso en el proyecto de la Fundación Canaria Instituto Libertad y Democracia, con la que trabajaba en un diagnóstico de la situación de África, después de haber entregado más de 30 años de su vida a la política, primero en representación de UCD y luego en la formación de Coalición Canaria.

Mientras gobernaba fue objeto de críticas y elogios. Recibió la Medalla de Oro de Tenerife en 2008 por su "desinteresada disposición a la causa de esta tierra", por su constancia, su entrega, su planificación e incluso la 'cabezonería' bien entendida que siempre adornó su actividad política.

Siempre apostó por las decisiones unánimes "aunque no alcanzaran la totalidad de los objetivos o aunque fueran técnicamente imperfectas" ante decisiones legítimas pero de una sola parte, según recordó entonces el expresidente.

Hace unos meses, en una entrevista realizada por Daniel Millet para Prensa Ibérica, Martín reconocía que se habían cometido errores, pero que "también se han hecho muchas cosas bien en los últimos treinta años".

Aún entonces, y con la amenaza constante de su enfermedad, el expresidente explicaba que "si el amor romántico es el hallazgo de la alegría en la felicidad de otro, de un otro muy concreto e identificado, el amor a la tierra es un poco lo mismo", y recalcaba su lucha constante por la triple identidad -canaria, española y europea- y el compromiso con el África en la que se encuentra el Archipiélago, "siempre en ese orden, y como les pasa a la mayoría de los canarios", como pilares básicos para su adhesión a la causa nacionalista.

Entonces, Martín aseguraba que miraba atrás con orgullo, pero "siempre queda la espinita de que pudiste hacer más", y hacía hincapié en que le gustaría "ser recordado por intentar que Canarias no llegara tarde al futuro".