- ¿Qué le parece el revuelo que se ha montado con las declaraciones de Felipe González sobre la posibilidad que tuvo de volar la cúpula de ETA?

- Para que se entienda lo que voy a decir hay que contextualizar esa época. Cuando Felipe González llega al Gobierno en diciembre de 1982 había habido 40 muertos por los GAL y el Batallón Vasco Español. Por consiguiente, en la etapa de Franco y de Adolfo Suárez el terrorismo de Estado se había cobrado 40 asesinatos. Todo el mundo miró para otro lado, incluido Pedro J. Ramírez, jueces, fiscales y los partidos políticos. Para que se vea la tremenda injusticia que se comete con Felipe González al ponerle la X de los GAL. En noviembre de 1983 suceden los dos primeros actos de terrorismo de Estado cuando González no llevaba ni un año. Luego mal había podido él haber organizado el terrorismo de Estado.

- ¿Qué fue lo que sucedió con esos dos casos de la etapa de González como jefe de Gobierno?

- Del secuestro de Segundo Marey y de los asesinatos de Lasa y Zabala se hace cargo el Juzgado de Instrucción número 5 de la Audiencia Nacional y ese sumario se guarda en el cajón. Llega Baltasar Garzón a ese puesto y se mantiene en el cajón. En 1993, Garzón se va de la política porque Felipe no le nombra ministro de Justicia y cuando regresa se da cuenta de que el caso de Segundo Marey no ha prescrito y es cuando retoma ese asunto. ¡Diez años después! ¿Por qué no prescribió? Porque Eligio Hernández Gutiérrez, el fiscal general del Estado de Felipe González, evitó la prescripción diez días antes de cumplirse los diez años del caso. Llamé a Felipe, y sabía igual que yo que nos iba a costar un problema tremendo, pero me apoyó incondicionalmente.

- ¿Cómo evita usted la prescripción de esos dos casos?

- Los fiscales de la Audiencia Nacional llegan a mi despacho y me dicen: "¿Qué hacemos con esto?" Yo les dije que lo que legalmente fuera correcto y les pregunté si faltaba alguna diligencia que practicar. "Sí, hemos mandado una comisión rogatoria a Francia y no ha sido practicada", me contestan y yo les digo que la retengan y esa reiteración interrumpe la prescripción.

- ¿No había sido así hasta la fecha y suponía un grave riesgo?

- Ahí está la honradez de Felipe y mía. En 1985 ya acabamos con los GAL y Felipe González es el único que permite que sean enjuiciados los dos casos que se cometen en su etapa. Podíamos haberlos ocultado, que prescribieran, con lo cual nos quitábamos un muerto de en- cima. Pero no, apoyó la deci-sión que nos iba a costar muy cara. Luego Garzón se aprovechó de eso y vino la conspiración de la que habló públicamente Luis María Ansón. Conspiración que conformaron el propio Garzón, Pedro J. Ramírez y Álvarez Cascos.

- Esa investigación da lugar a que Barrionuevo y Vera vayan a la cárcel.

- Así fue. Mientras todos los gobiernos anteriores a 1982 miraron para el otro lado, Felipe González acaba con los GAL, que venían de la época de Franco, y hace lo que nadie había hecho: permitir que se castigue, que hubiese un procedimiento en el que resultaron presos nada menos que un ministro (José Barrionuevo) y un secretario de Estado (Rafael Vera). Todavía está eso sin dilucidar porque ha ido al Tribunal Europeo y en enero de este año indicó que puede ser nulo ese proceso por la parcialidad de Baltasar Garzón.

- ¿Por qué sólo se investigaron los casos de Segundo Marey y de Lasa y Zabala?

- En lo que a mi etapa se refiere, y cuando evito la prescripción de esos casos, yo voy a visitar a Felipe González y le digo que voy a investigar los asesinatos del GAL de años anteriores, aquellos en que no hubiesen pasado los cinco años. Felipe tuvo la categoría de estadista de decirme que ésa era mi responsabilidad y me dijo: "No te podré apoyar porque no quiero manchar la etapa de gobierno de Adolfo Suárez". Yo lo intenté pero no tuve muchos apoyos en nadie. La historia de España es ésa, pero mi eco no pasa del muelle grande. En la Península muchas entrevistas no las hago porque vaya uno a saber lo que van a poner el Pedro J. Ramírez y compañía.

- ¿Qué pensó cuando conoció las polémicas declaraciones del ex presidente?

- ¿Qué sentido tiene ponerle la X de los GAL a Felipe cuando antes había habido 40 muertos por terrorismo de estado? ¿Es que Felipe desde su etapa en la oposición era la X de los GAL? Humanamente dijo que no sabía si hizo bien en decir que no. Dijo que no a la voladura de la cúpula de ETA. Y yo lo interpreté a la luz de mi experiencia con él. Un fiscal general del Estado sabe mejor que nadie la altura moral y estadista de un jefe de Gobierno. Felipe González ha sido el presidente más grande que ha tenido la historia contemporánea de España, probablemente superior a Azaña y Canalejas. Pero como el enemigo de un español es otro español, como decía el propio Azaña, ahora hay que ir por Felipe porque dijo esa frasecita.