No podía ser de otra manera. En mitad de la lectura de las conclusiones del II Congreso Progreso e Identidad Canaria sonó un móvil entre los asistentes. Lo hizo brevemente, pero lo suficiente para dejar oír algunos sones del arrorró. Esto no alteró el tono solemne que aplicó el presidente nacional de la Orden del Cachorro, José Cabrera, a la exposición de las propuestas definitivas. El mayor rango le fue concedido a la necesidad de poner remedio "a la insuficiencia de los contenidos canarios en todos los aspectos y niveles educativos del Archipiélago".

El documento final del cónclave organizado por la Orden del Cachorro subraya que la educación "es un factor clave para la construcción de la identidad canaria". A lo largo de las tres jornadas del congreso varias voces han destacado la ausencia de un sentimiento identitario claro entre los isleños. Cabrera desgranó las conclusiones ante la atenta mirada del presidente del Gobierno de Canarias, Paulino Rivero, y de la consejera de Educación, Milagro Luis Brito.

Los congresistas también instaron al ejecutivo regional "a asumir con valentía histórica el firme compromiso para sostener el esfuerzo inversor en el sistema educativo en su conjunto, es decir, en escuelas, institutos y universidades". Según su punto de vista, un eventual descenso de la inversión en esta materia acarrearía "trágicas consecuencias en el futuro inmediato de la construcción de la sociedad canaria como pueblo con identidad propia".

Por otro lado, el II Congreso Progreso e Identidad Canaria concluye también que "el modelo de desarrollo actual [de las islas] es insostenible debido a la asfixiante dependencia exterior y la existencia del turismo como única opción de actividad económica". De ahí que hicieran un llamamiento a las instituciones y la clase empresarial para "contrarrestar la histórica e insostenible dependencia del exterior con las condiciones que la naturaleza confiere a Canarias", persiguiendo por lo tanto "mayores cotas de soberanía energética, industrial, comercial y alimentaria".