Las investigaciones de terrorismo islámico no son nuevas en Canarias. El 17 de diciembre de 2004, ocho meses y seis días después de los atentados del 11-M de Madrid, la Policía Nacional desarticulaba en Lanzarote una célula del denominado Grupo Islámico Combatiente Marroquí (GICM), estrechamente vinculado a Al Qaeda. Entre los cuatro detenidos en Lanzarote se encontraba Hassan El Haski, la persona que está considerada como uno de los autores intelectuales de los atentados de Madrid y que posteriormente fue condenado en el juicio del 11-M celebrado por el juez Gómez Bermúdez. El Haski se había instalado en Lanzarote tras los atentados y su detención fue posible gracias al trabajo de los miembros de la Brigada Provincial de Información de la Policía Nacional, dirigida por la actual jefa superior de Policía de Canarias, Concepción de Vega, en estrecha colaboración con la Comisaría General de Información.

El GICM es un grupo terrorista integrado en el Movimiento Salafista Jihadia, a su vez integrante de Al Qaeda. Se les considera responsables, entre otros ataques, de los atentados de Casablanca, que se llevaron a cabo el 16 de mayo de 2003 y en los que murieron un total de 45 personas. También se vincula a El Haski con el asesinato del cineasta holandés Theo van Gogh, debido a las ramificaciones que el GICM tenía en Holanda. Tras su detención, El Haski fue condenado por los atentados del 11-M y también por los de Casablanca, que suman cerca de doscientos cincuenta fallecidos, y actualmente cumple condena.

La policía no descarta que existan aún células durmientes del GICM en Canarias e, incluso, que puedan estar en proceso de reconstrucción. Por eso son vigilados en el marco de una decena de investigaciones iniciadas en tierras peninsulares, algunas de ellas en la Audiencia Nacional.

El terrorista detenido en Lanzarote el 17 de diciembre de 2004, Hassan El Haski, no era un terrorista cualquiera. Los servicios de Información de la Policía Nacional lo consideraban el líder del GICM en Europa, y se llegaron a documentar movimientos por Francia, Bélgica y Holanda, todos ellos anteriores a los atentados del 11-M. Tras su detención, la policía pudo incautar en los registros llevados a cabo en Lanzarote importante documentación y ordenadores con una gran cantidad de material redactado en árabe, así como cartas procedentes de diferentes lugares del mundo.

El Grupo Islámico Combatiente Marroquí fue formado en campos de entrenamiento de Afganistán, según fuentes policiales. De hecho se les conoce como los marroquíes afganos, puesto que muchos de ellos lucharon en la guerra de Afganistán. El mismo día en que la policía detuvo a El Haski en Lanzarote, el 17 de diciembre de 2004, también fueron apresadas otras tres personas. Una de ellas era Abdallah Mourib, que entonces ejercía como imán de la mezquita de Puerto del Carmen, donde fue detenido y donde la policía se incautó de importante documentación. Aunque por aquel entonces (año 2004) la investigación llevada a cabo por la Brigada Provincial de Información estaba en pleno apogeo, las sospechas de que el imán de Puerto del Carmen iba a abandonar Lanzarote rumbo a algún país europeo precipitaron la operación, dirigida por los jueces Juan del Olmo (que instruía el 11-M) y Baltasar Garzón.

Desde entonces, la Policía Nacional vigila de cerca los posibles movimientos de grupos de este tipo en Canarias.