La administración puede permitirse ciertos lujos, incluso viajes al pasado. El consejero de Sanidad del Gobierno de Canarias, Fernando Bañolas, anunció ayer un borrón y cuenta nueva en la adjudicación del servicio de hemodiálisis de los hospitales Doctor Negrín de Gran Canaria y José Molina Orosa de Lanzarote que implica en la práctica la repetición del proceso y obliga a la mesa de contratación a empezar de nuevo su trabajo, incluida la solicitud de nuevos informes externos. La decisión, sustentada por los servicios jurídicos públicos, se apoya de hecho en las deficiencias detectadas en la evaluación realizada por la ex jefa de Nefrología del Negrín, Leocadia Palop, clave en la adjudicación a Lifeblood y el posterior recurso de Baxter.

Dicho recurso de reposición, interpuesto por Baxter el pasado 14 de noviembre, resulta admitido parcialmente en la resolución de la Consejería de Sanidad precisamente por considerarse que la evaluación de Palop tenía profundas lagunas. "El informe de la parte subjetiva no estaba suficientemente motivado y justificado", precisó ayer Bañolas, quien rechazó hacer cualquier otra valoración sobre la actuación de la profesional. El consejero se cerró en banda ante las invitaciones a expresar algún tipo de opinión y lo hizo con esa tenaz tranquilidad que parece desprender en todo momento, incluso en tiempos de tormenta política: "Yo no creo nada... Yo no sospecho nada... Yo no voy a hacer valoraciones sobre la señora Palop...".

Un hecho que subrayó el consejero es que las inconcreciones del informe que dan lugar a la repetición del proceso "no se limitan solamente a la empresa adjudicataria provisional". Al mismo tiempo, Bañolas confirmó que el pliego de condiciones se mantiene "porque ninguna empresa lo ha recurrido" y también repite su composición, hecha la excepción de Palop, jubilada recientemente, aunque sigue en el ojo del huracán por la investigación judicial abierta tras su denuncia pública de que había sido objeto de un intento de soborno.

Posibles diferencias

En este proceso que se reabre concurren las tres firmas que lo hicieron en su momento y queda cerrada la posibilidad de que pueda sumarse ninguna más. Se trata de Lifeblood (Javier Jorcano), de la Unión Temporal de Empresas (UTE) integrada por RTS Servicios de Diálisis (filial de Baxter) y Diaverum y de Braum Avitum Canarias SL (no fue admitida la propuesta de una cuarta, ACJ Diálisis Tenerife SL). "Habrá que valorar de nuevo y puede haber diferencias, o no", dijo Bañolas. Pero vuelve a ser una partida entre Lifeblood y Baxter.

El servicio lo seguirá prestando de momento Baxter, anterior adjudicataria, hasta que se produzca una nueva adjudicación. La fecha para el fin del proceso es una incógnita. "Lo que no voy a hacer es meter prisa", antepuso el consejero. Aclaró también que según los servicios jurídicos no habrá lugar a indemnizaciones a Lifeblood en el caso de que finalmente su empresa no resultase elegida en esta segunda fase de una historia que todavía busca un final definitivo.