"Me retuvo varias horas y me preguntó dónde quería el primer tiro, si en la cabeza o en el corazón". Con el susto aún en el cuerpo, la abogada Josefina Navarrete relató ayer brevemente el mal trago que vivió la mañana del martes cuando su ex pareja, el empresario José Miguel Suárez Gil, supuestamente la retuvo a ella y a una amiga durante horas con una pistola cargada con cinco balas apuntándole a la cabeza. A pesar del trance y del cañón de la pistola a pocos metros la prestigiosa letrada aún tuvo la sangre fría para contestarle: "donde sea más rápido".

A pesar de estas graves acusaciones Navarrete aseguró ayer que ella no se ha personado aún en el proceso al no haber presentado denuncia contra Suárez Gil y haber actuado el Cuerpo Nacional de Policía y la Fiscalía de oficio. "Ya dije en comisaría que me reservo el derecho a personarme más adelante, aún es pronto para pensar en eso; en caso de que denuncie delegaría en un colega", dijo la letrada.

Fuentes policiales señalaron que de las primeras declaraciones tomadas por la policía tanto al detenido como a las supuestas víctimas, podría derivarse una imputación a José Miguel Suárez Gil de dos delitos de detención ilegal, uno de malos tratos en el ámbito familiar y uno de tenencia ilícita de armas. Se estudia también si cabía imputarle un delito de homicidio frustrado pero la investigación no lo ha considerado por el momento.

Según contó Navarrete, el detenido supuestamente mantuvo encañonadas durante horas a ella y a su amiga, con la que acudió al chalé de Monteluz el martes por la mañana. "Nos retuvo varias horas en una habitación encañonándonos a las dos", dijo la supuesta víctima. De este supuesto hecho se derivan las dos acusaciones de detención ilegal que ahora le imputa la policía a Suárez Gil.

La abogada, que se encuentra acompañada por sus hijos, algunos llegados expresamente del extranjero para arroparla, aseguró aún afectada por el susto. "Lo único que quiero es pasar el mal trago lo antes posible y luego ya actuaremos con la cabeza fría", señaló Navarrete. La abogada insistió en que hasta el martes pasado "nunca" había tenido graves discusiones con su ex pareja con la que se casó en 2008 y con la que había iniciado los trámites de divorcio hace seis meses. "Nunca habíamos tenido una discusión así ni me había amenazado".

En el caso de concretarse las acusaciones ante el juez que instruya el caso a partir del próximo viernes, José Miguel Suárez Gil se enfrentaría a unas penas de entre cuatro y seis años por cada uno de los delitos de detención ilegal. Por el de maltrato en el ámbito familiar, la condena oscila entre los nueve meses y el año de cárcel, y por la tenencia ilícita de armas, un año más de prisión. En total la pena máxima que pudiera solicitarle el Ministerio Fiscal al detenido llegaría a los 14 años de cárcel.