La abogada Josefina Navarrete asegura estar asistiendo con estupor a las excusas que ofrecen los defensores de su marido, el empresario Suárez Gil, para tratar de justificar con razones de índole patrimonial el incidente de violencia de género del que fue víctima el pasado 4 de enero.

"Comprendo ahora mejor que nunca", señala en un comunicado, "que esta lacra social no desaparecerá mientras continúen existiendo, además de los maltratadores, quienes aprueban estos comportamientos, tanto con un silencio cómplice como con un apoyo explícito, amparándose en supuestas razones, sean de tipo patrimonial o de cualquier otro orden, que nunca podrán desvirtuar la realidad de los hechos".

Navarrete, que fue encañonada por Suárez Gil en su casa de Tafira, subraya que "a raíz de los hechos que son objeto de investigación en el Juzgado de Violencia sobre la Mujer número 2", en la causa que se sigue contra su marido por los delitos de coacciones, amenazas graves y tenencia ilícita de amas, "estoy asistiendo con estupor a varios intentos de excusar públicamente un comportamiento injustificable, con explicaciones de diversa índole, todas ellas plagadas de informaciones inexactas en el mejor de los casos y absolutamente inciertas en la mayoría de ellos", dice en referencia a las informaciones ofrecidas sobre el patrimonio que supuestamente el empresario Suárez Gil puso a su nombre.

"Por respeto a las tribunales de Justicia y a cuya determinación me someto", señala, "sólo ante los mismos daré contestación y sin perjuicio, claro está, del derecho a las acciones judiciales que por tales informaciones inveraces pudiera emprender".

"Espero que esta lamentable reacción, y lo que pueda venir en el futuro, no desanime a otras víctimas a presentar denuncias y distanciarse de sus agresores".

Acaba la abogada su comunicado asegurando que "salvar la vida y poder compartirla con quienes realmente respetan a otros seres humanos es, sin duda, una recompensa suficiente, incomparable con cualquier campaña de desprestigio".