Los cimientos del PSC se removieron ayer tras las declaraciones de su secretario general y candidato a presidente, José Miguel Pérez, en las que se mostraba dispuesto firmar un pacto de Gobierno cediendo, si llegara el caso, la Presidencia. Una posición que ha sido calificada en las filas socialistas como "entreguista", amén de extemporánea.

Incluso para los que se han mostrado públicamente más pactistas en aras de abandonar los banquillos de la oposición, tras casi 20 años sin haber podido acceder al poder, las afirmaciones de Pérez han supuesto una sorpresa sólo achacable a la inexperiencia del candidato. Otras fuentes apuntan a que podría ser parte de una estrategia con el objeto de enviar un mensaje a Paulino Rivero.

No obstante en el PSC se aseguran que las posibilidades de un pacto y las condiciones en el que este se pudiera llevar a cabo ni se han hablado ni se han puesto sobre la mesa de los órganos de decisión del partido. Los esfuerzos están ahora centrados en afrontar la campaña e intentar movilizar al electorado de izquierdas, ya mermado a causa de la gestión y desmotivado, apuntan, por la crisis y la ola nacional a favor del Partido Popular. "Estas declaraciones lo que consiguen es echar por tierra un trabajo de meses. Se les está diciendo a los votantes que pase lo que pase la decisión está tomada. Es un gran error. ¿Quién va a ir a votar con ese mensaje?", se preguntaba ayer un miembro destacado del PSC. Y es que el malestar hacia el "entreguismo" de Pérez alcanza tanto al sector crítico como al oficialista.

"Desde luego que es un guiño a Coalición Canaria, pero no es el momento", afirma otra fuente socialista que apunta que, en cualquier caso, hay que ser conscientes de que las matemáticas de la ley electoral canaria hacen prácticamente imposibles las mayorías absolutas y por lo tanto los gobiernos en solitario.

Para las filas nacionalistas las declaraciones de Pérez traslucen a un PSC débil. "Cuanto más debilitado esté mejor para Coalición Canaria a la hora de establecer pactos", apunta uno de sus dirigentes.

En el seno de CC se entiende que el PSC evidencia un cambio de rumbo que en nada tiene que ver con la postura "intransigente" del anterior secretario general y cabeza de lista en las elecciones de 2007, Juan Fernando López Aguilar; que las perspectivas en número de votos y de diputados no son las mismas que hace cuatro años; que la crisis interna que vive el PSC en Tenerife está haciendo mella y que los socialistas parecen "desesperados" por volver al poder. Una conjunto de evidencias que el CC apunta a su favor.

Pérez, por su parte, quiso ayer matizar sus afirmaciones y en un comunicado aseguró que dentro de su "hoja de ruta y objetivos" de cara a las elecciones del próximo 22 de mayo "no está ser vicepresidente, sino dirigir el Gobierno de Canarias".

"Cambiar", dice, "no sólo los gobiernos de la derecha, sino la forma en que se ha venido haciendo política en Canarias, atendiendo a unas prioridades que nada tienen que ver con las que han mantenido los gobiernos de la derecha de CC-PP". Reitera Pérez que cualquier pacto se decidirá siempre después de los comicios y serán los órganos pertinentes del PSOE" los que adopten esa decisión.

De la misma forma que CC ve de manera positiva los "puentes tendidos" desde el PSC, el presidente del PP en Canarias, José Manuel Soria, aseguró que también su formación mantiene las puertas abiertas a posibles pactos "aunque no es un asunto que nos ocupe ahora. Hay que esperar a que se celebren las elecciones y que se abran las urnas, los pactos hay que hacerlos cuando tocan y ahora no es el momento. De todas formas", subrayó el líder de los populares, "creo que en la próxima legislatura más importantes que los pactos de gobierno serán los consensos sobre decisiones importantes que habrá que tomar".