Las alarmas han saltado en los últimos días en la dirección federal del PSOE por la rebelión de dirigentes locales que, como en La Palma, se niegan a pactar mayorías de gobierno con CC en varios municipios. Pero las negociaciones, con intervención directa de la alta cúpula federal del PSOE, prosiguen. El candidato in pectore a suceder a Zapatero como candidato a la Presidencia del Gobierno, Alfredo Pérez Rubalcaba, directamente implicado en la gestión de la crisis canaria, fue ayer a la vez críptico y prudente: "Hasta el último momento se mueven las fichas en el tablero".

La resistencia de algunas agrupaciones locales a pactar con CC pone en riesgo el acuerdo para el Gobierno regional que ansían tanto la cúpula socialista en Ferraz como en La Moncloa, en los entornos de Zapatero y del vicepresidente Rubalcaba. Ante la negativa de los socialistas palmeros y herreños de dar su brazo a torcer, la dirección regional reclamó la intervención de Blanco y Rubalcaba.

Esta petición ha provocado un verdadero zafarrancho de movilización para intentar salvar un pacto con CC que se considera estratégico. Las gestiones federales y de Rubalcaba han sido constantes y variadas en los últimos días en un doble sentido, de presión hacia los socialistas canarios que se niegan a cerrar acuerdos con CC en ayuntamientos de algunas islas como La Palma y El Hierro, pero también tratando de mantener intactos los puentes con CC.

A las intervenciones directas de los últimos días por parte de Rubalcaba y del vicesecretario general del PSOE, José Blanco, para preservar las negociaciones se sumaron ayer numerosos contactos a varias bandas y en distintas direcciones para intentar acotar la indisciplina en las filas socialistas. Los representantes de Ferraz en el proceso negociador, Gaspar Zarrías y Antonio Hernando, no han cejado en su intento de reconducir la situación, pero sin los resultados suficientes como para dejar cerrado el pacto definitivo en la reunión de ayer de la comisión negociadora.

El propio Rubalcaba, que según distintas fuentes, ha conversado en los últimos días con el presidente de Canarias en funciones, Paulino Rivero, evitó ayer dar pistas durante la rueda de prensa tras el Consejo de Ministros. A una pregunta sobre la marcha de las negociaciones en distintos puntos del Estado con las diferentes formaciones con las que el PSOE trata de formar mayorías, Rubalcaba se mostró muy cauto y reconoció que en materia de pactos "hasta el último momento se mueven las fichas del tablero" y que "hasta el final hay que estar atentos a la pantalla"

Las dificultades

Fuentes socialistas señalaron que las llamadas remitidas ayer desde Madrid hacia los puntos calientes de las negociaciones fueron constantes y que se estaban produciendo "al más alto nivel", sin precisar si el propio Zapatero se había implicado en ello. Varios dirigentes consultados reconocieron que tanto Blanco como Rubalcaba estaban participando permanentemente en la gestión de este proceso.

Las fuentes consultadas señalaron que la dirección federal era consciente desde el principio de la dificultad de un acuerdo con CC precisamente por la intención nacionalista de hacer pactos en cascada. La situación quedó aparentemente zanjada en la reunión con los secretarios insulares en Madrid el día antes del Comité Federal en que se propuso a Rubalcaba como candidato, marco en el que pudo convencerse a los líderes insulares de la importancia de cerrar acuerdos en todo el Estado que evitaran nuevas cotas de poder para el PP. Sin embargo, la aparente excusa de las rencillas locales ponen hoy en riesgo el pacto regional.