Con su renuncia al escaño, el senador socialista Casimiro Curbelo ha puesto fin a una trayectoria de quince años como único representante de la isla de La Gomera (Santa Cruz de Tenerife) en la Cámara Alta, donde sin embargo no ha tenido mucha actividad parlamentaria, sobre todo en los últimos ocho años.

Además de la legislatura actual, Curbelo formó parte de la Cámara Alta en la V, VI, VII y VIII legislaturas, siempre como senador del PSOE por La Gomera.

En la página web oficial del Senado no figura intervención alguna suya en la legislatura actual ni en la anterior (2004-2008) y en las previas apenas aparecen reseñadas iniciativas a su nombre, salvo en la VII (2000-2004), cuando firmó 175 preguntas escritas al Ejecutivo.

Así, en la V legislatura (1993-1996) sólo intervino una vez en 1995 para formular una pregunta oral en pleno al Gobierno sobre las obras del aeropuerto de la isla de La Gomera, asunto sobre el que también redactó una pregunta escrita dirigida al Ejecutivo.

En la VI legislatura (1996-2000) fueron cuatro las preguntas para respuesta escrita que envió al Gobierno, todas relativas a asuntos relacionados con La Gomera, así como una pregunta oral en 1999, de nuevo referida a la fecha de la puesta en marcha de su aeropuerto.

Además, ese año presentó una moción en comisión sobre la protección de la playa de Santiago en Alajeró y defendió otra en pleno para instar al Gobierno a crear la Jefatura Local de Tráfico en Lanzarote.

En 1997 también intervino en la comparecencia del presidente de la compañía Trasmediterránea ante la Comisión de Obras Públicas para explicar el plan estratégico de la empresa respecto a Canarias.

La VII legislatura fue más prolífica para este senador, con la defensa de dos mociones ante el pleno sobre asuntos de Canarias, una pregunta oral sobre el funcionamiento del aeropuerto de La Gomera, la participación en el debate de un proyecto de ley sobre el régimen de cesión de tributos del Estado a Canarias y varias intervenciones en comisión en otras tres comparecencias de altos cargos.

Además presentó una larga lista de 175 preguntas para su respuesta por escrito por parte del Gobierno, que se redujeron a 16 en la VIII legislatura cuando sin embargo no intervino en pleno ni en ninguna comisión de la Cámara Alta.