El informe elaborado por la Comisión de Investigación de Incidentes y Accidentes de Aviación Civil (Ciaiac) sobre el siniestro del JK5022 de Spanair ocurrido el 20 de agosto de 2008 en Barajas y que costó la vida a 154 personas no cumple "la función de prevenir y evitar accidentes similares". Así lo estima el Sindicato Español de Pilotos de Líneas Aéreas (Sepla), que se ha dirigido por escrito a la Ciaiac, dependiente del Ministerio de Fomento, para que revise el apartado de "conclusiones y causas" incluido en el informe.

El sindicato de pilotos explica que se ha "puesto el foco solo en el error humano", mientras que se ha "minimizado" la influencia de "otros factores como el fallo del TOWS" (Take Off Warning System), el sistema de alarma que no avisó a los pilotos de que el avión no estaba configurado correctamente para iniciar la maniobra de despegue. Además, han detectado "numerosas omisiones e irregularidades en los procedimientos, tanto de la compañía aérea como de los organismos de control y vigilancia", que tampoco se ven reflejadas a la hora de desgranar las causas que originaron la tragedia.

Entre esos errores y omisiones, la organización sindical que preside Javier Martínez de Velasco apunta a "la falta de efectividad" de la Dirección General de Aviación Civil y la Agencia Estatal de Seguridad Aérea (AESA) "en su labor de supervisión" de las aerolíneas. Desde el Sepla, añaden a eso la "incapacidad" de dichos organismos para "forzar los cambios necesarios" en las compañías aéreas "cuando se descubren incumplimientos e irregularidades durante las supervisiones".

El propio informe desvela, a juicio de los pilotos, "la falta de efectividad de las recomendaciones surgidas a raíz de otros accidentes". Como ejemplo, citan el hecho de que en la actualidad sigan volando aviones de los años 70 y 80 sin que se hayan "tomado medidas efectivas para el cambio de diseño de los TOWS", con lo que "la amenaza sigue presente".

Otra de las cuestiones puestas en entredicho por el Sepla es que la Ciaiac haya dejado fuera de las conclusiones "la posible implicación de la Administración española". Estiman que en este hecho ha podido pesar que la Ciaiac dependa orgánicamente del Ministerio de Fomento.

También el decano del Colegio Oficial de Pilotos de la Aviación Comercial (Copac), Luis Lacasa, advirtió en días pasados de la ausencia de los órganos de la Administración española en el apartado de conclusiones. "Es un informe falaz", expuso Lacasa, quien incidió en la elevada extensión del trabajo "para terminar concluyendo que solo hay un fallo, "cuando se trató de una cadena de errores" lo que provocó el fatal desenlace.

El decano del Copac no niega que el error humano existiera, pero critica que la Ciaiac "lo magnifique" en detrimento de las otras causas que, a su juicio, concurrieron aquel fatídico 20 de agosto de 2008 para dar lugar a la tragedia.

Lacasa apunta además que el sistema continúa albergando "fallos latentes". Entre ellos, cita la presión que han de soportar los pilotos atendiendo a criterios puramente comerciales y recuerda cómo el comandante que pilotaba el JK5022 exponía la necesidad de "tener todo bien anotado", cuando el vuelo comenzó a acumular un retraso considerable. De hecho, el decano del Copaz asegura que se han producido despidos de pilotos que se han negado a ser flexibles con los protocolos de seguridad.

El Copac intentó introducir una enmienda a la Ley de Seguridad Aérea, de tal manera que diera protección a los comandantes que decidieran no volar en atención a criterios de seguridad. Sin embargo, el PSOE rechazó la medida en el Parlamento, argumentando que eso supondría dar carta blanca a los pilotos. "Eso es falso, porque los pilotos si no volamos, respondemos ante un juez", explica Lacasa.