El jefe de la División de Calidad y responsable de los procedimientos de formación de técnicos de Spanair, Alejandro S.G., declaró ayer ante el juez que el "manual de equipamientos mínimos" (MEL) que se aplicó en el vuelo JK5022, siniestrado en Barajas en agosto de 2008 cuando se dirigía a Gran Canaria, y los protocolos de seguridad "excede a la normativa" y que los mecánicos que intervinieron en el vuelo, antes de que el aparato se estrellara al tratar de despegar provocando la muerte de 154 de sus pasajeros, aplicaron correctamente la guía. Alejandro S.G. corroboró, por lo tanto, que la desconexión de la sonda RAT que medía temperatura exterior estaba contemplada en el manual.

En sus casi tres horas de declaración, el directivo dijo que se cumplieron todos los protocolos de seguridad y que el accidente se debió a otras causas.

Sin desmentir por completo esta afirmación, otras fuentes aseguran que el directivo de la aerolínea incurrió durante su declaración en algunas contradicciones y que llegó a reconocer de forma más o menos implícita que en la cadena de control se cometieron errores. "Este señor está enrocado en la línea de Spanair, echándoles la culpa a los pilotos pero ha dicho que la compañía no se ajustaba en este vuelo a los sistemas de calidad", aseguró en este sentido la presidenta de la Asociación de Afectados, Pilar Vera.

La portavoz de este colectivo de víctimas señaló que al ser interrogado sobre si el avión estaba en condiciones de volar, el directivo de Spanair "ha dicho rotundamente que el avión no estaba para volar y ha reconocido que los sistemas y los procedimientos que tenía la compañía aérea son contradictorios, que son un galimatías y que confunden a cualquiera".

Manual

La declaración de este directivo, según varias fuentes jurídicas, avaló ante el juez la actuación de los dos técnicos que intervinieron físicamente en la solución del problema del avión, y que se ajustaba por tanto a los códigos establecidos en el manual de mantenimiento. En este sentido, confirmó que el MEL permitía diferir 10 días el arreglo de una avería de ese tipo y que por tanto permitía despachar el avión, tal como hicieron los mecánicos del hangar.

El informe de los peritos judiciales, sin embargo, desacredita el MEL, razón por la que el juez imputa a los directivos, entre ellos al que declaró ayer, por su presunta responsabilidad en la falta de preparación y formación del personal de mantenimiento y en la utilización de "procedimientos inadecuados partiendo de un uso extensivo e impropio del MEL".

Alejandro S.G. declaró en este sentido ante el juez, según fuentes jurídicas, que los cursos de formación que se dan a los técnicos de mantenimiento de Spanair "exceden ampliamente los requisitos normativos" y confirmó que "todas las actuaciones del personal de mantenimiento" el día del accidente "fueron correctas y de acuerdo a la normativa".

Según estas fuentes, cercanas a la defensa de los directivos de la aerolínea, estas declaraciones concuerdan con la información ratificada la semana pasada por el equipo pericial designado por la compañía y en el que se achacaba el accidente al mal diseño del avión, por no disponer de sistema doble de alarma de configuración inadecuada de la aeronave para el despegue, y al despiste y "falta de disciplina" de los pilotos por no confirmar debidamente el despliegue de los flaps y de los slats para el despegue.