| Inversión. En décadas pasadas abundaron los canarios que invertían en bungalós y apartamentos que alquilaban durante diez meses. Los dos meses restantes los reservaban para el propio disfrute. Muchos han quedado obsoletos, cuestión que quedaría descartada si la inversión se destina a un hotel de lujo, por ejemplo.

| Unidad. Otro problema para aquellos inversores es el de la unidad de explotación. Una parte de ellos terminó vendiendo y los inmuebles han pasado a uso residencial. Los que desean seguir trabajando en el sector turístico no encuentran la mayoría necesaria para volver a poner en el mercado sus propiedades.

| Reconversión. En el proceso de rehabilitación se contempla la reconversión de la planta extrahotelera en hotelera. De esa manera, los propietarios de apartamentos que han quedado viejos pueden participar en la operación y adquirir parte de la propiedad del hotel que surja del proceso.