Lopesan, el mayor grupo turístico de las Islas, presenta estas credenciales: capital enteramente canario, una inversión de mil millones de euros en el sector desde 1996 hacia acá, 16 hoteles en propiedad en el Archipiélago (9.000 camas sólo en Gran Canaria), Alemania, Austria y República Dominicana, y una plantilla de 3.500 personas. Alrededor de un 15% de aquella inversión la costeó con fondos RIC, esto es, impuestos no pagados a condición de que fueran reinvertidos, como así fue.

Sin embargo, en los dos últimos años el grupo que preside Eustasio López ha renunciado a colocar sus beneficios en la Reserva de Inversiones y prefirió pagar el Impuesto de Sociedades. Como Lopesan, muchas empresas isleñas han optado por evitarse el calvario de la RIC. Lo señalaba el jueves el presidente de la patronal grancanaria, Sebastián Grisaleña: "Está [el Ministerio de Hacienda] aburriendo al empresario; ahora es más fácil pagar los impuestos que pleitear con Hacienda por unos fondos que sólo pretendemos reinvertir en nuestra tierra".

Eustasio López ha aparcado también, al menos de momento, lo que ha sido marca de la casa en los últimos 25 años. En ese tiempo, el grupo turístico-constructor ejecutó invariablemente un proyecto inversor o varios a la vez mientras maduraba otros tanto, casi siempre incentivados por la RIC.

Los explica así Santiago de Armas, miembro del consejo de administración y del comité de dirección de Lopesan, presidente del grupo IFA (51% Lopesan) y asesor jurídico de la corporación: "La Reserva de Inversiones no financió nuestro plan de desarrollo al completo, pero es innegable que incentivó nuestra iniciativa e impulsó la idea original de crear un gran grupo turístico y empresarial en manos canarias".

De Armas reconoce que Lopesan no habría alcanzado hoy en día la dimensión que tiene sin recurrir a la RIC, pero añade que ahora mismo "es impracticable pensar en un proyecto a cuya financiación ayude la Reserva de Inversiones". A los trabas de la inspección sobre lo que es y lo que no es beneficio se añadió la irrupción de la crisis en el sector entre 2008 y mediados de 2010 y los problemas administrativos que encuentra en el desarrollo de su proyecto turístico en Meloneras (puerto deportivo, campo de golf y un nuevo hotel). Y eso que obtuvo todas las bendiciones del Parlamento autonómico como excepción a la moratoria hace cinco largos años.

RIC torpedeada desde Hacienda, crisis económica y burocracia tienen ahora mismo a uno de los principales grupos inversores del Archipiélago a medio gas. "Hay una disociación en el Ministerio de Economía y Hacienda: mientras la parte de Economía se emplea en incentivar la inversión, la de Hacienda hace todo lo posible en retraerla, al menos en Canarias", señala De Armas. Y añade: "Además, su actitud [la de los inspectores] es contradictoria puesto que lo que reinvertimos con fondos RIC se convierte más tarde en impuestos y mayor recaudación de ingresos públicos. Esto es como el perro del hortelano, que ni come ni deja comer".

El ejecutivo de Lopesan cree que ahora es el momento de que los poderes públicos "remen en la misma dirección que empresas como la nuestra y aproveche el buen momento de las entradas turísticas para impulsar la recuperación". Eso se hace "con la mente abierta y la convicción de que hay que generar actividad económica y empleo; desde luego no será posible con el catecismo de la inspección debajo del brazo", sentencia.