- ¿Corremos el riesgo de que la UE se convierta en la Europa de Alemania, Francia y el resto?

- Es lo que pretenden Merkel y Sarkozy, y como socialista europeo estoy en contra. Estamos sufriendo desde hace demasiado tiempo los dictados de un dúo germano-francés que no escucha a la Comisión Europea (CE) y al Parlamento Europeo (PE) y ni siquiera a los demás estados miembros. Además, nos han impuesto un diagnóstico equivocado, una estrategia fallida y un recetario desastroso que han producido un estrago social sin precedentes a la Unión Europea (UE).

- ¿Cómo se traducen esos estragos?

- Han dañado muchísimo a los vulnerables y han cargado las tintas sobre los países con dificultades como si fueran los culpables de sus propios males. Es un discurso profundamente antieuropeo al que los socialistas europeos venimos oponiendo una alternativa desde el inicio de esta legislatura. Se ha creado una situación desastrosa que empeora consejo tras consejo y la responsabilidad es de la hegemonía de la derecha en Europa, que está encabezada por ese tándem germano-francés. No es que lo diga yo, es que la situación no ha hecho sino empeorar en el curso de estos tres años.

- No hemos visto a Zapatero oponerse a estas tesis de Sarkozy y Merkel.

- Los socialistas europeos deploramos que los primeros ministros socialistas no hayan sido capaces de oponer una minoría de resistencia y hacer visible su mensaje alternativo. Los primeros ministros socialistas han sido sometidos a un estado de sitio desde el inicio de esta crisis precisamente por la imposición de los dictados germano-franceses en defensa de sus propios intereses nacionales. La gente tiene derecho a saber que cada vez que aumenta el diferencial del bono español con respecto del alemán, la traducción es que España debe consignar más presupuesto para pagar los intereses de su deuda y Alemania menos. O dicho de otra manera, España se empobrece mientras Alemania se enriquece.

- ¿Qué opinión le merece en ese marco la reforma de los tratados de la UE?

- La situación es intolerable desde el principio y ha llegado a su extremo con esta propuesta de reformar los tratados al servicio de los intereses de Alemania. Intolerable no solo por el contenido, que pretende castigar imponiendo sanciones a los países con dificultades, sino sobre todo por la cuestión de principio: no es admisible que dos jefes de gobierno se reúnan y dicten unilateralmente qué es lo que tiene que hacer el Consejo al día siguiente y qué es lo que tiene que hacer el conjunto de la UE, Comisión y Parlamento incluidos, a partir de ese momento.

- Algún socialista ha pedido más Europa. ¿Eso no significa también una unidad fiscal?

- Sin duda, pero Merkel entiende por unión fiscal lo que es exclusivamente la imposición de la política de contracción de presupuestos Eso incluye al de la propia UE, que no tiene déficit público ni endeudamiento acumulado. Por tanto, es inaceptable que los presupuestos de la UE tengan que menguar porque estamos en crisis. Al contrario, porque estamos en crisis y tenemos que acometer los objetivos ambiciosos del Tratado de Lisboa, los presupuestos de la UE tienen que incrementarse y de forma muy expansiva.

- ¿Qué efecto tiene esa obligación de menguar todos los presupuestos?

- Impide el crecimiento, lo estrangula y destruye empleo masivamente. La crisis ha destruido 25 millones de puestos de trabajo en toda Europa y no vamos a salir de esto si no es a través de la financiación selectiva de estímulos a la inversión en grandes proyectos medioambientales, de transportes, de comunicaciones y de innovación.

- ¿Qué papel reserva al Banco Central Europeo (BCE) en ese escenario?

- Hace falta que el BCE intervenga decididamente contra los especuladores en defensa de la moneda única, con la compra de bonos a los estados con dificultades y la financiación de esas inversiones. Y que el Consejo Europeo decida a través del Banco Europeo de Inversiones (BEI) los recursos y los medios con los que podemos recuperar la senda del crecimiento, la creación de empleo y dar esperanza a una generación joven más euroescéptica y eurófoba que nunca y que está cayendo en las redes del populismo rampante que está amenazando la integración europea. Por tanto, más Europa, sí, pero en otra dirección y en otras manos.

- ¿Y cómo se costea esa expansión presupuestaria?

- Es que el debate está falseado: parte de que el déficit es el origen del problema y no es verdad. Lo son el colapso de la construcción, la parálisis del crédito, la destrucción del tejido productivo y el paro masivo en Europa.

- ¿De dónde arrancan entonces los problemas?

- El origen reside en los efectos congénitos con que nació el euro, la única gran moneda global que no dispone de una política para su defensa ni de herramientas políticas para defenderla. Es inconcebible que los estados que comparten la moneda única no puedan contar con un banco central capaz de imprimir dinero cuando existen dificultades para financiarse a intereses razonables.

- ¿Y cuál es su propuesta para minimizar esos problemas?

- Proponemos una estrategia alternativa que no solo se base en una restricción presupuestaria como pretende Merkel. No solo hay que reducir los gastos sino también aumentar los ingresos introduciendo un impuesto contra las transacciones europeas y contra la especulación. Hablamos de un verdadero gobierno económico de la zona euro, una armonización fiscal para eliminar la competición y el dumping fiscal entre estados miembros, una coordinación presupuestaria efectiva, un Tesoro europeo, un ministro europeo de Finanzas, una agencia de deuda europea, emisión de eurobonos que permitan financiar estímulos selectivos a la inversión para estimular el crecimiento y la generación de empleo; porque no hay otra manera de que salgamos de la crisis.

- ¿Qué o quién determina a su juicio los ataques a la deuda soberana de los países?

- Es completamente falso que sea el excesivo endeudamiento público español el que determina los intereses que pagamos por financiarnos en los mercados. Es la indefensión de los estados miembros ante los mercados lo que determina esos tipos de intereses usurarios. Si el fundamento de la presión especulativa fuera económico, EEUU, el Reino Unido o Japón estarían mucho peor que España. El fundamento no es económico, es político, es la falta de una respuesta política frente a los especuladores.

- ¿Estima que existen acciones concertadas de lo que llamamos mercados?

- Por supuesto que las hay, como las hay entre las agencias de descalificación. A nadie le puede caber duda de que Alemania sirve a sus propios intereses. La gente tiene derecho a saber que Alemania se financia al 1% mientras Grecia e Italia lo hacen al 7%. Por eso Alemania está imponiendo estas restricciones e impide que el BCE acuda en defensa de los intereses de los países en dificultades. Hay que cambiar las condiciones en que se pagan los intereses y solo las podemos cambiar si actuamos juntos, a escala europea, no individualmente. Solo así podemos acabar con ese cerco especulativo que asfixia la economía productiva en Europa.

- ¿Ese cerco también lo imponen Alemania y Francia?

- Esos gobiernos están también acuciados por el miedo a perder las elecciones. No están solamente sirviendo sus intereses nacionales, sino también sus propias agendas políticas.

- ¿Es real el peligro de desaparición del euro?

- No debe suceder, porque una vez que adoptamos la moneda única, las consecuencias de dar marcha atrás serían económica y socialmente catastróficas. Hay quienes piensan que debemos salir del euro para regresar a las devaluaciones competitivas. Al decir eso se está ignorando que el euro en sí como moneda está sobrevalorado, con lo que podría practicarse una devaluación competitiva para impulsar las exportaciones en el conjunto de la zona euro, no solo en Alemania. Además se está ocultando que el desmantelamiento provocaría un pánico sin precedentes entre todos los que tenemos nuestros ahorros en cuentas corrientes que hundiría instantáneamente las economías de los países de la zona euro.

- ¿Es válido el planteamiento de que Alemania nos llevará hasta el borde del precipicio pero no nos dejará caer?

- Cada cuarto de hora ha resultado ser peor que el anterior. Ya va siendo hora de decir con toda claridad que lo que nos están imponiendo no hace sino empeorar la salud del enfermo. ¿Qué más tiene que pasar?

- ¿Podría ocurrir que la crisis se llevara por delante a Merkel y Sarkozy en sus países?

- La crisis no ha tenido un impacto simétrico en el espectro político. Desde que estalló ha habido gobiernos conservadores que han sobrevivido a las elecciones, no así gobiernos progresistas.

- ¿Por qué cree que es así?

- Porque la crisis ha venido acompañada de un discurso ideológico diseñado para desacreditar la relevancia de la política. Ese discurso ha sido fabricado para desmoralizar a los que necesitan la política para realizar sus esperanzas. En las sociedades avanzadas hay sectores sociales que están en mejor situación de defender sus intereses con recursos propios, de satisfacer sus necesidades educativas, sanitarias y de todos los ámbitos de la vida cotidiana sin el socorro de los poderes públicos. Pero los hay más vulnerables, que necesitan de los poderes públicos para poder satisfacer sus necesidades. A estos se les está diciendo que la política ya no es relevante, lo que resulta inadmisible, pero tremendamente desmoralizador para los votantes progresistas. La izquierda propende a la abstención como nunca.

- Se deduce que no ve la solución en los gobiernos de tecnócratas.

- Cuando se nos habla de gobiernos tecnócratas no se nos está hablando de soluciones técnicas a la crisis, sino de la disposición de una política disfrazada de tecnocracia ante la que es imprescindible oponer otra política. Es intolerable que la democracia haya dado a un hombre honorable como Yorgos Papandreu, que se estaba dejando la piel por rehacer las cuentas públicas desastradas por la derecha griega, una mayoría absoluta hace menos de dos años y los especuladores hayan conseguido llevarse por delante un gobierno de izquierdas para devolver a la derecha griega al Gobierno. Es un mensaje extremadamente preocupante, una amenaza para la democracia como no habíamos conocido desde el final de la Segunda Guerra Mundial.

- Suena usted como posible nuevo secretario general del PSOE. ¿Es eso posible?

- En ningún momento he puesto en circulación mi nombre directa ni indirectamente. Me importa el PSOE y su futuro. Estoy determinado a contribuir a que el PSOE supere esta situación, que desde el punto de vista electoral y parlamentario es la peor desde la Transición.

- ¿Ha sido la crisis la responsable de esta situación?

- No es un declive episódico, es más serio que eso. En la Ejecutiva Federal nunca he aceptado que la monocausa de la crisis explique el deterioro electoral que hemos padecido en mayo y en noviembre. La reflexión que debemos hacer es mucho más seria que eso. Vamos a tener que hacer algo muy serio si queremos que esos votos regresen y yo quiero contribuir a ese debate de ideas y de propuestas y estoy participando en todos los foros que el partido tiene puestos en marcha para aportar ideas. Estoy escribiendo para la ponencia política y aportando documentos e ideas para que el congreso no sea una ocasión perdida. Porque el congreso de febrero no puede ser un careo entre candidatos, sino un debate de fondo.

- ¿Pero es una posibilidad que intente dirigir el PSOE o debemos descartarlo?

- No he puesto yo sobre la mesa esa posibilidad ni me corresponde. Estoy trabajando para que el congreso salga bien y no tengo otra ambición que no sea esa.

- Llevó al PSC en las Islas a tener 26 diputados. Tiene experiencia en reanimar cadáveres.

- Eso es un trabajo de equipo siempre. Para eso el partido tiene que conectar con los sentimientos mayoritarios. En cualquier caso, las coordenadas de unas elecciones autonómicas no son trasplantables a unas generales o a unas europeas.

- ¿Cómo debe ser el debate congresual?

- Quiero que sea un debate fraternal. La fraternidad tiene un valor aún más revolucionario que la libertad y la igualdad. Implica respeto por el prójimo, por las ideas ajenas sin estigmatizar ni excluir. Nadie en el PSOE puede permitirse ahora mismo el pecado de la soberbia, es el momento de la integración.

- ¿Cómo puede reactivarse al electorado de su partido?

- Va a haber que realizar un trabajo muy serio para recuperar la confianza en la política, para vincular política y democracia. Además, hay que promover un cambio en el modelo productivo, en el patrón de crecimiento y en los hábitos de consumo responsable, para que sepamos que no podemos basar nuestro bienestar en la destrucción del medio ambiente o en el consumo destructivo. Después de una derrota tan contundente como la que hemos sufrido, el PSOE tiene que sentarse a pensar. No podemos hacer un congreso de atrezzo, tenemos que tomarlo en serio y tenemos que vincularnos a la respuesta socialdemócrata europea con las tremendas dificultades que está padeciendo la izquierda en toda Europa. Tenemos que hacerlo sin tiempo que perder.

- ¿Será posible que usted lidere ese proyecto?

- No he planteado mi participación en el debate poniendo mi nombre ni mi cara, sino como una contribución más en la que creo que no sobra nadie y en la que todos tenemos que emplearnos a fondo. Le doy una enorme importancia a que surja un equipazo del congreso del PSOE. Me preocupa más eso que la cara del secretario o secretaria.

- ¿Hay voces en su partido que abogan por dejar pasar este momento?

- Tanto en la Ejecutiva como en el Comité he opuesto a otras muchas opiniones que he escuchado que no creo que el debate sea lío, que la autocrítica sea derrotismo y no creo que mostrar dolor cuando recibes un golpe muy fuerte sea propensión a la melancolía. En el Comité Federal tras la derrota del 20-N escuché muchos puntos de vista con los que no estoy de acuerdo, con todo el respeto fraternal. A veces, escucho decir aludiendo a mi propia intervención: no debatamos porque los ciudadanos quieren que estemos unidos, no es el momento de afligirse sino de mirar para adelante. No estoy de acuerdo. Hacer autocrítica no es mostrar desunión. ¿Si no ahora, cuándo?

- ¿Volverá usted a la política canaria?

- Si por eso se entiende concurrir a elecciones locales o autonómicas en el futuro inmediato, puedo decir que en este momento estoy desempeñando una responsabilidad a pleno rendimiento. Esa responsabilidad se basa en la contribución a la dirección federal de mi partido y a la dirección de los socialistas europeos, que es una responsablidad de mucho calado. El PE es un lugar fascinante, de una intensidad inabarcable. Es una institución muy absorbente, muy exigente, de mucho nivel y allí soy jefe de la delegación de los españoles, vicepresidente de los europeos y presidente de la Comisión de Libertades, Justicia e Interior, la más activa, que concentra el 23% del total de la agenda legislativa del PE.

- Si el PSOE no puede gobernar, acepta que sí pueda acompañar a otra formación.

- Es una opción legítima. Se puede participar de gobiernos de coalición y de gobiernos plurales. Eso debe hacerse compatible con el mantenimiento de la propia identidad.

- ¿Se cumple esa premisa en el actual pacto en Canarias entre su partido y CC?

- Me he abstenido de valorar el Gobierno de Canarias, consciente como soy de que cualquier declaración puede ser distorsionada por una interferencia en un ámbito de responsabilidad que ahora concierne a la dirección de los socialistas canarios. En su momento habrá de dilucidarse en los congresos.

- Coincide usted con José Manuel Soria en la necesidad de cambiar el sistema electoral.

- Sucede que yo no lo sostengo oportunistamente solo cuando gano, sino siempre y desde siempre. En Canarias el prestigio de la política está desfondado de manera difícilmente reparable desde hace ya demasiado tiempo. La única reforma que reclama y exige el Estatuto de Autonomía es la que concierne al sistema electoral. He conocido centenares de definiciones de lo que es una democracia, pero la más lúcida es la que enseña que quizá la democracia no garantice el derecho al mejor gobierno y quizá ni siquiera a un buen gobierno, pero sí tiene que garantizar al menos el derecho a deshacerte de un gobierno que no te gusta con el voto. Cuando no puedes deshacerte de lo que no te gusta con el voto, no estás en una democracia y ese es el caso de Canarias.

- ¿Contribuye al desprestigio de la política canaria que, por ejemplo, Miguel Zerolo sea designado senador?

- Nunca me meto en consideraciones personales, pero lo que pone de manifiesto es que pese a imputaciones graves que no han sido archivadas se producen decisiones que nada tienen que ver con el interés general ni con la dignidad de la política, sino con intereses exclusivamente personales. De este caso sabemos que miembros del equipo de gobierno de Santa Cruz estuvieron años sin mover sus cuentas corrientes llevando trenes de vida inexplicables en un servidor público. Quien es capaz de estar años sin mover euros de sus cuentas corrientes es porque está percibiendo dinero por otras vías. Yo deploro que en Canarias tengamos que soportar eso.

- El exalcalde santacrucero dijo que le tocó la lotería.

- Todo el mundo tiene derecho a saber que los billetes de lotería son el mecanismo más frecuente de blanqueo de dinero procedente de negocios ilícitos en la España del fraude y la corrupción. Que todo esto haya tenido lugar durante años en Canarias creo que sacude la conciencia de todos los que quisiéramos una recuperación de la dignidad y la decencia en la vida pública. Y subrayo la responsabilidad de la ciudadanía en la corrección de este estado de cosas con el voto.

- Eso no parece que haya ocurrido aquí.

- En toda España hay un mapa asimétrico de comportamiento electoral frente a la corrupción. Es un hecho empíricamente constatable que una buena parte del electorado conservador no castiga a la corrupción, mientras que una buena parte del electorado progresista no la perdona.

- ¿Le repugnó tanto la corrupción en Canarias hasta el punto de decidir marcharse?

- Estoy haciendo mi trabajo en Europa por convicción y por devoción, pero mi combate frente a una forma de hacer política degradada, sucia, baja que es muy frecuente en Canarias ha sido constante a lo largo de mi participación en la vida pública y lo sigue siendo ahora.

- Su campaña contra la corrupción le reportó 26 diputados autonómicos en 2007.

- Nunca introduje un ataque personal. Sí los sufrí. Tampoco hice de la corrupción un eje de mi discurso. Sucede, sin embargo, y se puede comprobar en las hemerotecas, que el discurso de los adversarios hizo inevitable que se convirtiera en un asunto de campaña. Insisto en que mi repugnancia por la corrupción es tal que me cuesta hasta informarme de ella por los medios de comunicación. Me recuerdo teniendo que superar mis náuseas para informarme de lo que fue el caso Eólico, el caso Góndola, el caso Faycán, el caso Teresitas. Ninguno de ellos son el invento de una imaginación, sino casos muy reales.

- Con sumarios que continúan abiertos.

- Ya me parece que es hora también de pedirle a la Justicia que se ponga en paz con esta sociedad, porque invita a la reflexión que un caso como el de Telde todavía no haya sentado a los imputados, cuando son indicios clamorosos de enriquecimiento ilícito, de financiación ilegal, de todos los delitos cometibles en el ejercicio de cargo público. La gente tiene derecho a preguntarse por qué no se han concluido esos sumarios y no se han ventilado las presuntas responsabilidades. ¿Por qué la Justicia actúa con los poderosos con este ritmo tan lento? ¿Por qué resulta tan fácil enviar a un pobre desfavorecido por la desigualdad a prisión preventiva y resulta tan difícil incoar un sumario cuando se trata de los poderosos? ¿Por qué tiene que tardarse cinco, seis, siete años? ¿Qué está pasando aquí?

- ¿Su manera de entender la política le granjeó enemistades en las Islas?

- Considero inexcusable la integridad y la decencia en el manejo de los dineros públicos. Esto lo considero innegociable y lo saben quienes habiéndolo constatado decidieron ponerme proa. Esto es algo que deberían explicar muchos de los que me pusieron proa.

- Entonces le pusieron proa.

- Pero eso va en el ejercicio de cualquier responsabilidad. Sin duda sucedió. Pero lo tenía asumido.

- ¿Asistirá al Congreso del Partido Socialista Canario?

- No he hecho ninguna consideración sobre el PSC. Por supuesto tengo mi criterio.

- Pero no lo hace público.

- No hablo del partido en los medios de comunicación.

- ¿Acudirá o no al cónclave de los socialistas canarios?

- Soy socialista canario y, por supuesto, me intereso. Además, quiero ser parte del debate constructivamente, como siempre lo he hecho.