El eurodiputado y presidente de los socialistas españoles en el Parlamento europeo, Juan Fernando López Aguilar, llevó ayer la contraria al Gobierno de Canarias, formado por CC y PSC-PSOE, respecto a la titularidad de las aguas que rodean el Archipiélago. Mientras el Ejecutivo regional defiende que las aguas son de su competencia, el ex secretario general del PSC-PSOE sostiene que "sin ninguna duda son de jurisdicción española".

"Es completamente ridícula la interpretación del populismo tercermundista que caracteriza a CC y a sus dirigentes en relación con la Ley de Aguas Canarias", manifestó en rueda de prensa, en la que incidió en que "el artículo 132 de la Constitución es claro y lo único que puede modificar un régimen de ejercicio de competencias en las aguas alrededor de Canarias sería una reforma del Estatuto de Autonomía".

Según el dirigente socialista, "la invasión competencial puede ser discutida jurídicamente en lo relativo a la participación de las instituciones canarias en la autorización a la empresa privada, no en lo relativo a la autoridad sobre las aguas alrededor del Archipiélago".

Igualmente, criticó que el PP pretende retrasar la implantación de las energías renovables con "el hachazo" a las primas, "complementado con un nicho de negocio en las prospecciones petrolíferas, del que no existe ninguna garantía de que vaya a haber ningún beneficio para Canarias ni para España porque se confía a la perspectiva de lucro de Repsol".

Objeción de conciencia

En todo caso, aclaró que "el rechazo de los socialistas no está motivado por una objeción de conciencia a la prospección y a la explotación de un recurso energético, sino a la falta total de garantías de que se esté haciendo bien".

Recordó que cuando José Luis Rodríguez Zapatero llegó al Gobierno en 2004 se suspendió la autorización de las prospecciones porque "no había ninguna garantía de entendimiento con las instituciones canarias ni de rentabilidad social" y resulta que ocho años después "esas garantías siguen sin existir y el Gobierno del PP ha apostado por la confrontación con las instituciones canarias sin ofrecer consenso". Cuestionó "quién gana con que Repsol haga un negocio suculento" y "cuál es el ánimo detrás de esta autorización", al tiempo que criticó el "estilo arrogante y farruco del PP" en sus manifestaciones al respecto.