Canarias no se paró pero los sindicatos sí lograron ralentizar la actividad y sacar a la calle a decenas de miles de canarios en contra de la reforma laboral. La huelga general convocada por todas las organizaciones sindicales en contra de la reforma del Gobierno de Mariano Rajoy convirtió la jornada del 29-M en un día de fiesta con los transportes trabajando exclusivamente en servicios mínimos, el Puerto paralizado y la sanidad y la educación a medio gas. La incidencia del paro fue, sin embargo, escasa en el sector privado. La huelga apenas se hizo notar en el comercio, en la industria o en el turismo, que prácticamente se mantuvo al margen de la convocatoria.

Pese a este desigual seguimiento, la manifestación de rechazo a la reforma laboral en la capital grancanaria fue un éxito. Ninguna convocatoria había tenido tanto eco en los últimos 25 años. Entre 80.000 y 90.000 personas -90.000 según los convocantes y 10.000 en cálculos de la Policía Nacional- salieron a la calle a media tarde para gritar contra las nuevas reglas del mercado de trabajo. En cualquier caso, una de las más multitudinarias de las celebradas en la capital grancanaria desde la histórica protesta en demanda de la Universidad.

La Delegación del Gobierno y las 18 organizaciones sindicales que suscribieron el paro coincidieron ayer en subrayar la normalidad de la jornada y total ausencia de incidencias. Más allá de eso, como es habitual en este tipo conflictos, las cifras ofrecidas por unos y otros -sindicatos, patronales y administraciones- poco se acercan. Así, mientras la centrales sindicales apuntaron un 77% de seguimiento general -una cifra similar a la global del país-, para el Ejecutivo central y los representantes de los empresarios "el paro tuvo una incidencia baja en las Islas". Un "fracaso", apuntó el presidente de la Confederación Canaria de Empresarios, Sebastián Grisaleña.

En la administración, mientras los agentes sociales aseguran que el paro alcanzó el 70% en los servicios generales -70% en la autonómica, 60% en la central y 85% en los municipios- la Comunidad Autónoma cifra el seguimiento en sus departamentos administrativos en un 27%, un 19% en el caso de los servicios sanitarios.

Los centros educativos se vieron especialmente afectados no tanto por la ausencia del profesorado -lo secundó el 31% en la enseñanza obligatoria según cifras del Ejecutivo y 60% de los sindicatos- sino por la escasa afluencia de alumnos. Más de la mitad de los escolares y universitarios de Canarias pasó el día de huelga en casa y eso se notó especialmente en la fluidez del tráfico a las horas punta.

Para los sindicatos el resultado fue un "éxito rotundo" a la altura de la "agresión histórica que han sufrido los trabajadores en el recorte de sus derechos", apuntó la secretaria general de Intersindical Canaria, Lucía Rodríguez.

No obstante, sí hicieron notar las diferencias en el seguimiento a la convocatoria entre el sector público y el privado. Una circunstancia que estaría motivada, afirmó el máximo responsable en las Islas de UGT, Gustavo Santana, "por el clima de miedo generalizado de que cualquier cosa que pueda hacer el trabajador puede ser motivo para perder su trabajo". En ese sentido, apuntó que UGT estudia denunciar a "dos centenares de empresas canarias por coacciones a sus empleados".

Por parte de la patronal la medida del "fracaso" del paro la dio la demanda eléctrica. Datos en Unelco-Endesa señalan una caída acumulada, entre las 7.00 y las 17.00 horas, del 1,9% respecto al consumo previsto, un 2,2% el día anterior.