La negativa de los cabildos a reducir los salarios de sus empleados ha provocado irritación en el Gobierno regional, que apela a "dar ejemplo" ante los ciudadanos. El presidente Paulino Rivero no quiere entrar en polémicas con el presidente del Cabildo de Tenerife, Ricardo Melchior, pero el consejero responsable de Función Pública, Francisco Hernández Spínola, sí entró al trapo ayer y tachó de "frivolidad" que el dirigente nacionalista vincule la profesionalidad de los funcionarios únicamente a las retribuciones que perciben.

Hernández Spínola urgió a las corporaciones locales a alcanzar acuerdos porque "no es el momento de que cada uno vaya por libre, aquí nadie puede salvarse solo". El titular de Presidencia y Justicia advirtió que si se incrementa la "brecha salarial" entre los funcionarios de la Comunidad Autónoma y los de trabajan en cabildos y ayuntamientos se irá al traste el proceso de reorganización administrativa y traspaso de competencias iniciado en Canarias.

Tras adoptar la decisión de reducir un 5% el sueldo a sus funcionarios, el Gobierno canario recomendó a las corporaciones locales que hicieran lo propio ya que los cabildos y los ayuntamientos tienen autonomía para decidir. No obstante, las medidas del Ejecutivo han sido respondidas por algunos cabildos, entre ellos el de Gran Canaria y el de Tenerife, en sentido contrario, es decir, no reducir el sueldo a los trabajadores.

Esta situación ha provocado una difícil papeleta a la Comunidad Autónoma ya que la reorganización administrativa puesta en marcha implica movilidad y readscripción de efectivos entre administraciones y si aumentan las diferencias retributivas el proceso fracasaría.

Dar ejemplo

"Tenemos que dar ejemplo, porque la sociedad nos está viendo y lo que no quiere es una pelea entre el Gobierno, los cabildos y los ayuntamientos, sino que las decisiones sean compartidas y homogéneas y nadie vaya por libre", defendió Spínola ante la reunión de hoy, en la que espera que haya un acuerdo tanto en este tema como en el reparto de la recaudación del IGIC.

Por su parte, el presidente Paulino Rivero rehusó valorar el rechazo de los cabildos de Gran Canaria y Tenerife a que recorten el sueldo de sus funcionarios, al igual que ha acordado el Gobierno regional para los suyos, y se limitó a señalar que "a eso deben responder los propios cabildos", aunque asegurando que él no ha hecho en ningún caso esa petición a las corporaciones insulares. "Cada administración toma las decisiones en el ámbito de sus competencias", afirmó.

Rivero no cree que el rechazo del presidente del cabildo de Tenerife, Ricardo Melchior, a esta medida tenga que ser interpretada en clave interna dentro de Coalición Canaria en el marco de las disputas nacionalistas sobre la presidencia futura del partido. "No me gusta la política de las estrellitas. No me gustan las especulaciones", señaló el presidente de forma confusa.