Las ramas eran de papel, pero el jolgorio de los chiquillos hacía que todo el colegio se trasladara a una improvisada romería de Agaete. El patio de las Salesianas, en Tomás Morales, se sumó ayer con entusiasmo a la celebración del Día de Canarias, una jornada de orgullo para todos los nacidos en el Archipiélago, sus residentes y aquellos, que por un motivo u otro, han emigrado a otras ciudades o países para comenzar una nueva vida.

Las aulas de la capital grancanaria han sido escenario durante las últimas semanas de numerosos homenajes a las Islas. De esta manera se pretende traspasar de generación en generación costumbres, tradiciones y conocimiento que han marcado la identidad de las Afortunadas, a fin de evitar la pérdida de todas las características que la conforman.

Uno de estos centros ha sido el colegio Claret, en la calle Canalejas. A él asisten centenares de niños con edades comprendidas entre tres y cinco años. José Antonio Carrasco, sacerdote claretiano y encargado de la pastoral del centro, ha estado pendiente, al igual que los miembros del claustro de profesores y de la dirección, de cada detalle de la jornada previa a la festividad, donde los alumnos han realizado actuaciones en forma de bailes, cantos y convivencia. "Cada curso tenía preparada una coreografía, cuyos maestros han acompañado a sus respectivas clases en estos espectáculos", señala Carrasco. "Ha sido todo muy bonito porque los padres han estado presentes", añade el sacerdote.

Un grupo de madres con sus respectivos hijos, todos ellos ataviados con los trajes populares, se encontraba en los alrededores del centro comentando las actuaciones de las que había disfrutado. "Ha estado muy bien: los pequeños han cantado y bailado y fueron acompañados por instrumentos típicos como el timple", indica una de ellas.

Se trata de un día que, desde el centro, se invita a gozar en colaboración y en familia, ya que posteriormente tanto los alumnos como sus progenitores pudieron degustar de diversos platos autóctonos que habían aportado los asistentes al evento, formándose un pequeño tenderete.

Los más de 700 alumnos de las Salesianas ocupaban el "patio blanco" para observar y deleitarse con la diversidad de actuaciones que cada nivel había preparado. Pasado el mediodía, los profesores se responsabilizaban de organizar a los escolares, con el fin de acallar el bullicio con ayuda de un micrófono.

Pedro Padrón, tutor de 5º curso y vinculado al centro durante cuatro décadas, explicó que han estado ensayando las participaciones durante varias jornadas. "Esta mañana los alumnos expusieron unos trabajos donde se recogía información como el origen de cada una de las Islas, los deportes tradicionales y la gastronomía", declara Padrón.

Para romper el hielo y animar a los presentes, un grupo de unos 13 alumnos, acompañado por un profesor que hacía de entrenador, representaba al equipo de fútbol la Unión Deportiva Las Palmas, versión colegio Salesianas. Consiguieron exaltar la euforia ya que lo centenares de colegiales gritaban al son de "¡Pío pío!" y al ritmo de palmas.

Óscar, Julia y Miguel, compañeros de 2º de primaria, esperaban su turno para convertirse en el punto de mira. Habían preparado la canción Enamórate de mí y tenían ansias por demostrar su talento.

Pero lo original de este centro radicaba en dos actuaciones que aludían a un par de fiestas tradicionales de la isla de Gran Canaria y que tanto éxito tienen año tras año. Por un lado, simulaban la rama de Agaete, para la cual los pupilos habían elaborado sus propios brotes, previamente dibujados, pintados y recortados. Y en segundo lugar, la tradicional traída del agua, originaria del municipio de Telde, también gozó de protagonismo.

El CEIP García Escámez, del barrio de Schamann, deleitó a su alumnado con lo que llamaron la Semana Cultural. Gracias a la participación y colaboración de reconocidos personajes de la vida artística de las Islas, el centro pretendía completar la formación de los mismos.

Durante estos días los estudiantes visitaron la villa de Ingenio. Así, acudieron a la Fundación Canaria Blas Sánchez. Allí mismo fueron recibidos por el guitarrista y compositor canario y disfrutaron de su melodía y sus historias.

También pudieron compartir una jornada con el timplista Nino Jiménez, el cual no dudó en realizar unos talleres con el fin de divulgar de forma lúdica el instrumento que siempre le acompaña.

Para envidia de muchos, Pepa Aurora, escritora y narradora, acudió al ateneo para contar poemas, trabalenguas y diversos relatos. Asimismo, se aprovechó su presencia para inaugurar la biblioteca del centro que, a partir de ese momento, llevará el nombre de la artista. Y para finalizar con esta semana llena de un atractivo contenido, la Parranda de Mayores de La Isleta, dirigida por Pepe Bolaños, actuó en el salón de actos ante el alumnado.

Como se demuestra, hay mil maneras de vivir el Día de Canarias, donde la implicación de todos y las ganas de aprender para no olvidar lo nuestro son parte fundamental y garantía de continuidad.