Vuelve al ruedo político activo tras ser nombrado presidente ejecutivo de Infecar, un cargo que había desaparecido y que ahora el CCN, su partido, resucita.

No es así. Con anterioridad a las últimas elecciones locales fue presidente ejecutivo Augusto Brito, del PSOE, durante cuatro años. Al ganar el PP, el primer año las funciones las asumió el consejero del CCN Juan Domínguez, que ha saneado la entidad y ahora entro yo, que gano menos que el anterior presidente y menos que varios funcionarios de la Feria que están a mis órdenes.

¿A cuánto asciende su sueldo?

Eso no lo digo por prudencia.

¿Pero no es público?

No. Sé que el sueldo es muy pequeño y no me resuelve nada. No voy pensando en el sueldo, sino en hacer una Feria como era antaño. Además, no tiene ni coche oficial y tiene otras carencias debido a que los últimos ocho años ha estado abandonada.

Ha sido presidente del Ejecutivo canario, del Cabildo grancanario, embajador de España en Venezuela... ¿Le queda algo?

Nunca he perseguido ni he trabajado para conseguir un cargo, pero me ha faltado un cargo, que ha sido al único al que he aspirado en mi vida y fracasé en mi intento. Hace año y medio quise ser presidente del Consejo Social de la Universidad de las Palmas de Gran Canaria. Tengo algún protagonismo en su creación. Sin embargo, CC se opuso. Ésa fue mi gran frustración.

¿Cómo ve ahora la universidad con la subida de tasas?

La universidad, igual que la salud y la educación, es una de las grandes víctimas de la crisis.

¿Está de acuerdo con los recortes que lleva a cabo el PP?

Sí, son recortes inevitables. Tienen que afectar a todo, aunque creo que no ha habido sensibilidad suficiente en el Archipiélago en darse cuenta de que el turismo no puede sufrir los recortes que también ha sufrido porque es nuestra fuente de energía económica y ya no se hacen las promociones de antaño. Desde hace muchos años Tenerife ha ganado la batalla a Gran Canaria en publicidad.

¿De quién es culpa eso?

Eso es mérito de unos y culpa de otros. El tinerfeño hace todo lo posible por llevarse lo que puede y el grancanario no hace nada para impedir que se lleven lo que no se deben llevar.

¿Qué opina de las quejas de los empresarios sobre que hay más facilidades en Tenerife para invertir que en Gran Canaria?

Es muy posible. En Tenerife siempre hay más facilidades para todo y ha habido menos rigor en la recaudación de los arbitrios. Gran Canaria no ha funcionado igual.

¿Cómo ve el liderazgo de Paulino Rivero como presidente de CC y del Ejecutivo regional?

Está en un momento crítico porque lo que nunca pensó se está produciendo. Rivero fue lanzado a la Presidencia desde la plataforma ática (Agrupación Tinerfeña de Independientes) y hoy está muy cuestionado en el seno de ATI. Aquellos que fueron sus padrinos, como Manuel Hermoso, o muy aliados, como Ana Oramas, no le ven con buenos ojos.

¿Comparte su llamamiento continuo a la rebelión de la patronal contra los recortes que aplica Madrid?

Soy autor de una frase que siendo presidente se hizo famosa: "Si Madrid no nos escucha sabrá lo que vale un peine". Esa frase en ocasiones hay que llevarla a la práctica, pero no permanentemente porque eso es caer en el victimismo y tampoco es bueno. Canarias hoy ha perdido en España el prestigio en lo político que tuvo antaño. Hoy ni se nombra a Coalición Canaria, que ha dado al traste con las aspiraciones de los nacionalistas del Archipiélago. Se acuerda de que es nacionalista tan sólo con motivo de la elaboración de los programas electorales y al día siguiente se ha olvidado. Hoy en Gran Canaria está prácticamente desaparecida y sólo se puede hablar de NC. El centrismo ha irrumpido en el panorama político y seguirá adelante porque implica diálogo y no ver al contrario como un enemigo sino como un adversario coyuntural.

¿Cómo hace el CCN para tener varias 'novias', una en el Cabildo grancanario y en Madrid, el PP, y en el Parlamento autonómico, donde apoya a CC y PSOE?

Ocupar un espacio de centro no da el don de la ubicuidad, que no existe en política. Fuimos a las elecciones con CC con unos pactos que éste incumplió y, pese a ello, el CCN sigue apoyando al actual Gobierno de Canarias. Apoyamos al PP en la Isla porque formalizó unos pactos y parte de ellos se han cumplido. A nivel nacional tenemos dos senadoras, a las que el PP trató de sancionar por apoyar unas enmiendas de CC favorables a Canarias contra la voluntad del PP. Eso demuestra que no somos correa de transmisión del PP y nuestros pactos son puntuales en tanto favorezcan a Canarias.

Pero están cada vez más cerca del Partido Popular.

No, no estamos ni cerca ni lejos. En los últimos presupuestos generales, aunque prestamos nuestro apoyo, disentimos en virtud de las enmiendas contrarias al PP. En el Cabildo estamos cerca de la filosofía del PP, pero no quiere decir que necesariamente en las próximas elecciones tengamos que ir del brazo del PP. Veremos cómo se porta el PP con nosotros y con Canarias.

¿Qué le parece el trato actual del Estado con Canarias?

Madrid me está decepcionando. Creo que José Manuel Soria [ministro grancanario de Industria, Energía y Turismo] tiene que ponerse con más frecuencia el uniforme de canario. Él tiene un argumento muy fuerte para hacer valer sus pretensiones canaristas. No le debe costar mucho trabajo recordar frecuentemente en el seno del Consejo de Ministros la situación económica de Canarias y el índice de paro horrible que padecemos. Eso ya bastaría para que, después del incumplimiento de José Luis Rodríguez Zapatero, de su Plan Canarias, el PP debe elaborar un Plan Canarias. Hago un reproche a Mariano Rajoy, que no consignó en su programa electoral muchas de las medidas drásticas que se ha visto obligado a tomar porque no lo sabía o porque deliberadamente las silenció. Si no lo sabía mal está que un candidato a la Presidencia del Gobierno español no sepa medidas tan importantes y, si las ha ocultado, peor me lo pones. La ciudadanía está muy desconcertada y disconforme con lo que está ocurriendo. Nunca como hoy ha habido tanta desconfianza de los españoles hacia la clase política.

Uno de cada cinco españoles es partidario de un Estado sin autonomías. ¿Cuál es su parecer?

Estoy absolutamente de acuerdo con las autonomías. La autonomía ha sido el mejor invento producido con motivo de la Transición y de la Constitución y si no existiera habría que inventarla.

¿Estima por tanto que no hay que cambiar el modelo territorial?

De ninguna manera. Por ejemplo hoy el Gobierno de Canarias tiene las competencias en el tráfico marítimo, pero no en el aéreo. La autonomía ha fortalecido también a los cabildos. Hay una ecuación política importante: España es a las comunidades como Canarias es a los cabildos. El defecto no está en las autonomías en sí, sino que hay

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múltiples competencias repetidas que ejerce el Estado indebidamente en muchos casos, y también las ejerce la comunidad autónoma, cabildos y ayuntamientos y ahí es donde hay que poner coto y límites a un exceso y despropósito, estableciéndose un núcleo de competencias con las transferencias y delegaciones que deben subsistir, pero nunca la duplicidad. Ése es el gran error y el gasto innecesario porque por lo que se refiere al número de ayuntamientos no es excesivo en Canarias, mientras que sólo en Salamanca hay 300 ayuntamientos, algunos con menos de 500 habitantes.

¿En su opinión entonces no sobran ayuntamientos?

No, aquí falta uno: el de La Graciosa porque es inconcebible que por razones de la insularidad La Graciosa, que tiene 500 habitantes y, por tanto, más que 500 ayuntamientos de España, dependa de un ayuntamiento como el de Teguise que está en Lanzarote. Yo no quiero un cabildo en La Graciosa, eso es un disparate, pero que tenga un ayuntamiento habría sido más importante que la creación del Ayuntamiento de El Pinar en El Hierro.

¿Pero no se supone que vamos hacia el adelgazamiento de las administraciones públicas?

Sí, pero eso no quiere decir que el hecho de que La Graciosa tenga un ayuntamiento sea incompatible con el adelgazamiento. En Canarias es muy difícil suprimir ayuntamientos y no son tantos. Pero en el resto del territorio nacional hay miles que sobran. La justicia consiste en tratar desigualmente a los desiguales, luego hay que actuar duramente en ese tema, sobre todo teniendo en cuenta la dispersión geográfica en Canarias.

La clase política también está en cuestión en estos momentos por algunos movimientos ciudadanos. ¿Hace falta una reducción de cargos para paliar los gastos del erario público?

Creo que el Gobierno canario debe reducir el número de consejerías. Precisamente si delega competencias delegables en los cabildos y transfiere otras competencias debería tener menos consejerías. También hay que decir lo propio de determinados cabildos, que por su importancia cuantitativa o cualitativa pueden adelgazar también el número de consejeros que les integran. Lo que ocurre también es que tenemos una administración mastodóntica en virtud del número de funcionarios existentes porque durante la Democracia y con la autonomía se ha practicado de una manera desorbitada la contratación según el amiguismo derivado del sectarismo más absoluto y eso hace que hoy sobren muchos funcionarios que entraron de manera no muy ortodoxa en las distintas administraciones públicas.

¿Es partidario del recorte de las retribuciones a los empleados públicos?

Si es imprescindible recortar hay que recortar a todos, si no es imprescindible pues no. Los funcionarios públicos ganan más que yo. Los tiempos no están para gastar en pólvora. Hay que hacer un esfuerzo por ambas partes. Hay que reducir lo imprescindible y trabajar lo imprescindible.

¿Qué opina del Real Decreto del Ejecutivo de Rajoy para despedir al personal laboral fijo?

Primero tenemos que ver si se convalida en el Congreso de los Diputados. Rajoy está perdiendo una credibilidad bastante notable incluso por parte de quienes fueron sus votantes, por las formas en las que está aplicando muchas medidas a las que se está viendo obligado. Creo que está a tiempo de corregirlo todavía. Yo apoyé al PP, pero cada vez que veo cosas que no comparto me siento frustrado y quisiera que el PP pudiera acertar pese a las complicaciones. Si bien el PP da la impresión de haberse liberado algo de las riendas de Angela Merkel [canciller alemana], no cabe duda de que en Europa hay una presidenta. España ha perdido su soberanía en lo militar, lo político y lo económico. A España le queda de soberanía el himno nacional en las Olimpiadas.

¿Considera que este país va a ser rescatado o lo necesita?

Creo que no. No me gustaría el rescate porque me suena mal. Lo que ocurre es que en España en ocasiones se ha ocultado el léxico que se debe utilizar. Zapatero hablaba de la desaceleración y Rajoy ha tenido pánico a la palabra rescate, cuando fue el rescate bancario tenía pánico por utilizar esta palabra. El político no debe tener tanto temor al léxico, sino a los hechos.

¿Hace falta otra huelga?

No. España necesita unos sindicatos fuertes y con credibilidad, pero la han perdido en los últimos años, entre otras razones porque todo el pueblo sabe que viven del presupuesto del Estado. La gente ha perdido mucho la confianza tanto en UGT como en CCOO, sindicatos con los que no tengo nada en contra. Siempre me llevé bien con ellos cuando fui presidente del Gobierno de Canarias. Tengo el mejor concepto de la necesidad de que subsistan estos sindicatos, pero los líderes actuales no concitan credibilidad. Luego las huelgas no sirven para nada. No intimidan al Gobierno. Lo mejor es que todos nos pongamos a trabajar y que haya mucho diálogo y concertación. En España hace falta unos nuevos Pactos de La Moncloa, que, si bien aquellos se firmaron a la muerte de Franco para acabar con la crisis política, estos tienen que dirigirse a solventar la crisis económica mediante el consenso.

¿Cómo le afecta la crisis?

Ha afectado mucho a mi economía. Al retornar al bufete perdí muchos de mis clientes que operaban en el mundo financiero. Ya eran sus nietos los que trabajaban y tenían a sus amigos abogados. Yo siempre llevé muy a rajatabla la incompatibilidad entre el ejercicio de la profesión y la política para que no hubiera sospecha de nada. Además, puedo decir con tristeza, pero con orgullo que tengo uno de mis ocho hijos en paro, cosa que no pueden decir todos aquellos que han sido presidentes, a excepción de Jerónimo Saavedra, que no es padre. Eso demuestra que no hice como algunos presidentes del Gobierno canario que supieron ubicar, y en ocasiones en la administración, a sus hijos. A lo mejor he sido un mal padre, pero un político honesto.

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