La visión futurista del rey de copas: un Archipiélago redondo como un balón y que de beneficios. Una tierra universal, sin fronteras y con el deporte como herramienta integradora. Carmelo Cabrera (Las Palmas de Gran Canaria, 1950), icono de un Real Madrid exultante, que conquistó diez ligas de baloncesto, siete copas de España, dos copas de Europa y tres copas Intercontinentales traza las líneas maestras de la recuperación.

Habla un idealista pero con la precisión de un cirujano: “Esta tierra se desangra y es preciso tomar medidas urgentes. La situación es preocupante, sobre todo el paro juvenil, y apuesto por una gran reforma laboral. Pero de verdad, sin tapujos”. 2043 es la fecha para alcanzar la tierra prometida. Cabrera une en su ejercicio de imaginación los beneficios del deporte de masas con la aplicación de las nuevas tecnologías. “Tanto el fútbol como el baloncesto tienden a especializarse y profesionalizarse en múltiples sectores. Desde el hostelero, al de las técnicas de entrenamiento o la aplicación de diversas escuelas de psicología para deportistas de elite, así como el sector servicios. Todo está relacionado y gira en torno a la dinámica del espectáculo”. Canarias, con su situación geográfico y un clima templado durante todo el año, parte desde una situación de privilegio a la que, desde su punto de vista, no se ha salido sacar partido.

La creación de centros de alto rendimiento en el Archipiélago, dotados de equipos tecnológicos de primer nivel, y recurrir a la red de redes acercar el resto del mundo a las Islas -especialistas, analistas deportivos, etc.- conforman un botón. Pero mimar el deporte profesional también exige una autonomía y la potenciación de las pequeñas empresas. Y ahí, no hay margen para la aplicación de los impuestos abusivos que marca la Unión Europea: “Tenemos que romper las cadenas con Merkel -canciller de Alemania-. Con esa señora no paseo por la playa de Las Canteras ni loco”, señala.

Pero no todo es tecnología. Invertir en sanidad y formación es prioritario en la visión de Cabrera. No hay margen para obras faraónicas como el nuevo Pabellón Multiusos de Gran Canaria -que ha costado 60 millones de euros-.

Y de la revisión económica a la dictadura de las nuevas tecnologías. El exjugador de baloncesto es un devoto del skype -sistema audiovisual para chatear y hablar por videoconferencia con cualquier parte del planeta- y el wash up. “Cuando vivía en Madrid, en mi época de deportista, mandaba un telegrama de Madrid a Gran Canaria y llegaba yo antes a mi tierra que el escrito. Admiro a Alexander Graham Bell -el gran impulsor de las telecomunicaciones-. Logró la patente del teléfono, un artilugio para acortar distancias y no para alargar conversaciones. Es el único aparato que si se te queda en casa, das marcha atrás para buscarlo”.

El también exjugador del CB Canarias ha visto el nacimiento y crecimiento del deporte ultraprofesional. Un planeta de grandes sueldos. “Ahora es más difícil triunfar. Por el tema de la globalización cada vez hay menos plazas para jugadores españoles. Tener una plaza en un equipo de primer nivel es un privilegio. Haces lo que te gusta, está bien remunerado, más que nunca. En mi época no se pagaba así. Ganabas algo de dinero, el triple o el doble que un oficinista pero no eras multimillonario. Ahora, un jugador internacional, como Rudy, para pactar un contrato, empiezan a hablar desde un millón de euros”.

Olímpico en Múnich 1972, Cabrera abraza la estela del tinerfeño Sergio Rodríguez -base del Real Madrid, plata en Londres 2012 y exjugador de la NBA-. Y lo hace porque cree en la unidad de Canarias. “El único olímpico canario de baloncesto era yo; ya era hora de que saliesen más. El canario tiene una tipología privilegiada para competir”. Además, detalla que “hay que invertir en la base para crear una región sólida. Estoy en contra del mecenazgo público en el deporte de élite. Son las firmas privadas las que se deben implicar. Las arcas están para la educación y la sanidad. Y para construir una cancha en cada barrio. Apuesto por brindar la práctica deportiva de forma gratuita. Con un balón mágico para todos los deportes”.

Y en su visión futurista deja tambien un hueco a la igualdad: “un pueblo sin colores. Donde prime el gris. Ni blancos ni negros. Una sociedad que mire al deporte con responsabilidad, como negocio. Y ganar de paliza al paro”. El mito cierra su libreta en espera de que su sueño social cobre forma.

Una palabra: Pingüión

Dícese de la persona o jugador dotado de una enorme habilidad, que se marcha fácilmente de sus adversarios. Un malabarista del balón.

Una imagen: Una tierra unida

Canarias sin fronteras. Una tierra que se desmarque de los provincianismos y de las divisiones. Una plataforma de unidad y fortaleza.

Un símbolo: El ídolo de Tara

Representa la fertilidad. Figura de culto de barro de los antiguos pobladores aborígenes. Imagen de un pueblo eterno que mima su pasado.

Un personaje: Alfredo Kraus

Tenor grancanario de prestigio internacional que falleció en 1999. Emblema del arte en toda su esencia y rostro de la valía canaria.