La Consejería de Educación del Gobierno de Canarias abre este lunes oficialmente la matrícula para aquellos padres que quieran que sus hijos almuercen en los comedores escolares y asistan a clases de inglés. Hasta ahora los directores de los centros han trabajado en una inscripción previa para sondear cuántas familias con dificultades económicas pudieran estar interesadas en esta actividad.

La viceconsejera de Educación y Universidades, Manuela de Armas, anunció ayer que el periodo de matrícula "de verdad" comenzará el próximo lunes 10 de junio y se prolongará hasta el viernes 21 del mismo mes, coincidiendo con la finalización de las clases en todos los niveles de educación no universitaria.

La elevada tasa de paro en Canarias, que supera el 34%, y la constatación de cuotas impagadas por padres durante el curso ha desembocado en esta actuación, integrada en la denominada Estrategia contra la Pobreza y la Exclusión Social del Ejecutivo autónomo.

De Armas inició ayer en Tenerife la ronda de reuniones con directores de los centros y responsables municipales para esclarecer sus dudas y cerrar los flecos de esta iniciativa, que permite acudir a un taller de inmersión lingüística y después quedarse a comer.

Hoy es la cita con los representantes de los centros cabecera y ayuntamientos de Gran Canaria. La próxima semana De Armas se repartirá las visitas al resto de islas con la directora general de Ordenación, Innovación y Promoción Educativa, Georgina Molina.

La viceconsejera aclaró que, después de la encuesta llevada a cabo por los directores de los colegios en las últimas dos semanas, hay reservadas plazas para aproximadamente 8.000 comensales, quienes, debido a su situación crítica, son potenciales beneficiarios de esta acción a realizar en julio y agosto.

Últimos pasos

La última fase consistirá en cotejar los datos de la concejalía de Servicios Sociales de cada ayuntamiento con los recabados por las escuelas. El objetivo es comprobar que la información de los consistorios sobre familias con escasos ingresos coincide con el listado en poder de los directores de los centros.

A partir de ahí, si hace falta completar la documentación de las familias ya aceptadas se les avisará para que la entreguen. Además de ellas, aquellas que también hayan visto menguar su economía doméstica por la crisis pueden matricularse aportando papeles que lo acrediten. "La finalidad es que ningún niño que lo necesite se quede fuera del comedor escolar. Se trata de que los niños coman", subrayó la viceconsejera.

El departamento encabezado por el consejero José Miguel Pérez sigue adelante con este plan extraordinario, dotado con 1,2 millones de euros, pese a las objeciones iniciales de los ayuntamientos a cuenta del traslado de los niños a los colegios. Durante esta última reunión los consistorios deben definir si emprenderán o no actividades de verano y es la última oportunidad para plantear cambios de los centros respecto a los escogidos por Educación. Cuando el ayuntamiento cierre la matrícula de sus talleres municipales estivales, podrá ofrecer a los niños apuntados comer también en el centro. Entonces, si hay quienes así lo desean, el Consistorio tendrá que comunicárselo al colegio para avisar al catering y contratar más menús. Si bien estos tendrán que pagarlos directamente los padres a la empresa de suministro de comidas.