Los ataques de bandas rebeldes a los enclaves de Ifni y Sahara en octubre de 1957 fueron contestados desde el Estado Mayor Central del Ejército español con el envío a esos territorios de Marruecos de varias unidades procedentes de diversas guarniciones de la Península. El día 8 de enero de 1958 en el puerto de Valencia embarcaba en el buque Dominé el Batallón de Infantería Guadalajara 20, al mando del comandante Salvador Martínez Ribes. Los aproximadamente 800 hombres de este batallón dejaban atrás las actuaciones desempeñadas durante una riada en la región.

Esa misión se dio en llamar como Batalla del Barro, pues en una titánica lucha sin conocer apenas el descanso, estos soldados limpiaron, junto a otras unidades y el personal civil, los miles y miles de toneladas de barro y fango, animales putrefactos y cadáveres que asolaban la Comunidad Valenciana. De la magnitud de esta riada que asoló Valencia y su provincia cabe recordar que, a partir de la madrugada del 13 de octubre de 1957, la capital de Valencia se convirtió en algo dantesco. En el cuartel de ese regimiento en La Alameda, el agua llegó a las cuadras con una altura de más de dos metros, hubo que soltar los mulos y los caballos para que no se ahogasen -la valiente actitud de un soldado que a nado logró cortar las bridas de los animales permitió salvar sus vidas, pues algunos aparecieron a más de dos kilómetros-; en la estación de ferrocarril de Aragón, las garitas de los centinelas aparecieron encima de los vagones de tren.

Las autoridades habían calculado que para limpiar Valencia harían falta unos seis meses. Pero se obró un verdadero milagro: los más de 3.000 soldados y el personal civil limpiaron Valencia en seis semanas.

El Ayuntamiento de Valencia como reconocimiento a esta tarea les concedió la Medalla de la Gratitud, en cuya leyenda se indica: "¡Que Dios te lo pague!"

En el puerto de Valencia el espectáculo de su partida era de auténtica emoción y tristeza. Madres, novias, hermanos y amigos despedían a estos soldados entre lágrimas y abrazos.

El regalo de Reyes Magos para este batallón fue el embarque en el buque Dominé de la compañía Trasmediterránea. La unidad estaba compuesta por la primera compañía, con tres secciones; la segunda compañía, igual que la anterior; la tercera compañía lo mismo; y la quinta compañía, al igual que las anteriores, pero con una sección de cañones sin retroceso y otra de morteros.

En el muelle hubo un gesto digno de mención. La esposa del entonces teniente Enrique Brines Lorente había dado a luz un hijo recientemente y el entonces capitán general de la III Región Militar, Joaquín Ríos Capapé, enterado de ese hecho, lo llamó y le comunicó que podía quedarse, que otro compañero cubriría su vacante. El teniente lo rechazó. Por nada del mundo estaba dispuesto a ser sustituido.

Nadie del batallón sabía el destino al que se dirigían. Al capitán del barco se le entregó un sobre secreto que debía abrir después de que navegasen durante algunas horas. Solo en ese momento sabrían el destino. No obstante, la emisora más fiable en el mundo de la milicia, la popular radio macuto, ponía en oídos de todos que, casi con total seguridad y dado lo que ya se sabía por las noticias de los ataques a los territorios del África Occidental Española, el destino sería Ifni, Sahara o Villa Bens.

Destino Villa Bens

Una vez que el Dominé se situó frente a la costa de Villa Bens, los soldados descendieron a través de redes a unos cárabos que les trasladaron hasta la playa. Allí les aguardaban otras unidades: la II Bandera de la Legión y las compañías de Infantería Canarias 50 y Tenerife 49, así como una sección de ametralladoras del II Tabor de Tiradores de Ifni.

El bautismo de fuego de este batallón se produjo el 9 de febrero de 1958, en la denominada Operación Teide. La orden de operaciones número uno contemplaba que fuerzas de este batallón, la artillería y un grupo de caballería en la Agrupación B tomaran parte en la acción de guerra para la ocupación de Tuide fret.

En esa misión, y tras la huida del enemigo, lograron apoderarse de un enorme botín de guerra: cuantiosas cantidad de víveres, material logístico y, según un oficial de intendencia, todo aquello con lo que poder atender perfectamente a unos mil hombres.

Una vez finalizada esta operación se realizó la de Hagunia con gran éxito, gracias a la colaboración de las fuerzas francesas y el Escuadrón Paracaidista del Ejército del Aire Español.

Empapada en lágrimas

El 13 de mayo de 1958, tras los acuerdos entre España y Marruecos en Angra de Cintra -firmado el 1 de abril y que puso fin a la guera de Ifni- , se iba a entregar Villa Bens al reino alauí. Para ese acto iba a llegar una columna de mil soldados de Marruecos a las órdenes del entonces comandante Mohamed Oufkir -años después lideraría un complot para asesinar al rey Hassan II, que resultó fallido y que le costó la vida-.

Por parte de España estaba presente el entonces teniente coronel de Caballería diplomado de Estado Mayor Adolfo Artalejo Campos, el capitán de Caballería también de Estado Mayor Ramón Quintana Yaniz, el capitán interventor Luis Sehadifirine Muñoz y el comandante de Infantería Manuel Rabanera Ortiz, así como el capitán de Intendencia Carlos Serra Ureta.

Tras rendir los honores de ordenanza en la entrega, tanto por parte de las fuerzas de Marruecos como de las de España, quedó una sección reforzada del batallón Guadalajara 20 al mando del teniente Pascual Fuster Montaner, de la quinta compañía.

En ese histórico acto, el cabo José Clemente Fayos se convirtió en testigo y protagonista. Fue a él a quien le tocó arriar la última bandera española de Villa Bens. Hoy después de más de medio siglo lo recuerda así: "... las fuerzas que defendíamos aquel reducto de Villa Bens éramos dos escuadras de morteros de la quinta compañía con el teniente Montaner. Lo más emotivo de este triste acto es cuando recibí la orden de arriar la bandera española. Vi cómo por las mejillas de todos mis compañeros resbalaban lágrimas y hasta se escucharon sollozos de quienes no podían contener la emoción. Y fue aún más emotivo cuando escuchamos el toque de oración. A continuación plegué la bandera y se la entregué al comandante, Manuel Rabanere Ortiz..."

A continuación esta sección embarcaba en la barcaza de la Armada K-2. El cabo José Clemente Fayos fue el último en abandonar el sitio y embarcar a bordo del buque Ciudad de Alicante con su batallón.

Clemente Fayos, tiene ganado lo que tan magistralmente escribió este intelectual: "...Has cumplido con tu deber. Confía en el cielo que no te abandonará..." (Samaniego).

Z Agradecimiento del autor: Agradezco de corazón la valiosa información sobre los hechos de Villa Bens durante la campaña de Ifni Sahara facilitada por el coronel de Infantería José Belles Gassulla (teniente en ese momento); así como las conversaciones mantenidas con el cabo José Clemente Fayos, que arrió la última bandera española en Villa Bens; y los soldados Vicente Penades Carbonell y Lionel Tarazona Corbí (intérprete de francés para facilitar el entendimiento entre los galos y España).