El concepto de smart city se ha vinculado tanto a la innovación tecnológica, que no refleja la tridimensionalidad que, según sus principales líderes, caracteriza a las ciudades inteligentes. Centros urbanos como Estambul (Turquía), Río de Janeiro (Brasil), Almere (Países Bajos), Taichung (Taiwan), Mombasa (Kenia) o Málaga (España) coincidieron ayer en destacar que la participación ciudadana y la sostenibilidad de los servicios son piezas tan importantes para el progreso de una ciudad como el uso de las TICs.

En la jornada de ayer en la Cumbre Mundial de Líderes Locales y Regionales, en la que participan la capital y el Cabildo grancanario, el aspecto social de las urbes ocupó gran parte de las intervenciones , para concluir que la transferencia de datos, iniciativas y aplicaciones es una de las grandes metas a alcanzar. Una asignatura aún pendiente, señalaron.

El sector privado -las principales empresas de desarrollo tecnológico- también estuvieron presentes en el debate, presentando los impactos de la tecnología en la mejora de los servicios sanitarios, de enseñanza, seguridad, previsión de emergencias, etcétera. El alcalde de Estambul, Kadir Topbas, opinó que "debemos gobernar las ciudades siguiendo la lógica de las empresas, gestionándolas de manera ágil y con el objetivo de reducir gastos" y abogó por una mayor colaboración entre las empresas y las municipalidades, de la que su ciudad es un ejemplo. Pero la escasez de inversión pública, que puso en evidencia sobre todo el alcalde de Mombasa Hassan Ali Joho, llevó al resto de participantes a reclamar un intercambio no sólo de información, sino también de recursos: "no queremos pagar dos veces por una misma aplicación", señaló la edil y ex ministra holandesa Annemarie Jorritsma. La secundó el alcalde de Santander, Iñigo de la Serna, reclamando que "no debemos gastar recursos que otros tienen, sino ser solidarios e intercambiarlos. La tecnología va tan rápido que hay que aprovechar las aplicaciones que elaboran otros y no despilfarrar recursos".

En una mesa redonda centrada en el progreso tecnológico se habló también de "la voz de las personas". El papel de las redes so- ciales se puso de manifiesto a través de la experiencia de Río de Janeiro y Kenia. El representante municipal de la ciudad brasile- ña Laudemar Aguiar recordó: "Mi ciudad ha vivido la experiencia de ver cómo 2.000 manifes-tantes se convertían en unos pocos días en 300.000 y les hemos escuchado: la ciudad inteligente es aquella en la que participan más sus ciudadanos".

"Las ciudades están cambiando a un ritmo que no se puede todavía ni cuantificar ni cualificar. La innovación que vemos ahora es solo el principio de algo mucho más grande que se producirá en las próximas décadas", se concluyó por parte de los presentes.

Pero fue Josep Roig, el secretario general del Congreso Mundial de Ciudades y Gobiernos Locales Unidos (CGLU) que organiza esta cumbre, el que cerró el encuentro señalando que "hay que realizar cambios estructurales en la gestión de las ciudades. Un buen termómetro es preguntarse: ¿tiene su ayuntamiento un responsable en innovación tecnológica, con capacidad para actuar transversalmente en el resto de departamento s municipales? La respuesta daría la medida de cuánto está apostando esa ciudad por ser smart city".