La suspensión cautelar de la Ley de Renovación y Modernización Turística de Canarias provocaría la inmediata petición de permisos para construir seis hoteles de cuatro estrellas, unas 2.800 nuevas camas, en la zona sur de Gran Canaria. La inversión aproximada se situaría en 250 millones de euros y se crearían entre 13.000 y 15.000 puestos de trabajo directos en el sector de la construcción. Las cifras que maneja la Asociación de Empresarios Constructores y Promotores de la provincia de Las Palmas (AECP) son, incluso, "conservadoras y prudentes", según afirma su presidenta, Salud Gil.

El planeamiento territorial de la Isla tiene aún suelo vacante calificado para uso turístico con una capacidad para 28.300 nuevas camas, independientemente de que sean hoteles de cuatro o cinco estrellas. En caso de que el Estado opte por recurrir la ley ante el Tribunal Constitucional (TC) y reclame, paralelamente, la suspensión cautelar de la norma canaria, "al menos el 10% de esas camas tendrá una petición inmediata de licencias de construcción", sostiene Gil, "y eso siendo muy conservadores", puntualiza.

"Hay inversores interesados y proyectos concretos", recalca, y de producirse esa situación se tramitaría "la licencia de forma urgente". El consejero de Turismo del Cabildo grancanario, Melchor Camón, afirma que la corporación insular estaría dispuesta a otorgar esas licencias, aunque "luego venga el Gobierno canario y las eche abajo. Pero tendrían que explicar por qué no permiten esas inversiones en Gran Canaria" y, por el contrario, "sí dejan que en el mismo suelo, ya calificado como turístico, se hagan hoteles de cinco estrellas", sentencia el consejero de Turismo.

Seis cadenas

Al menos media docena de cadenas hoteleras están interesadas en invertir en la construcción de establecimientos de cuatro estrellas en la Isla, explica Camón. La demanda de 2.000 nuevas camas en Gran Canaria por parte de los turoperadores nórdicos es una razón de peso, argumenta. El sur de la Isla cuelga el cartel de completo y los turoperadores están desviando turistas a otras islas que aún tienen capacidad para absorberlos. "En Puerto de la Cruz (Tenerife) quedan aún plazas", añade.

Por su parte, Salud Gil indica que "ojalá" el Estado pida la suspensión cautelar de la ley turística, en la que Gran Canaria "ha sido castigada". La demanda la establecen los mercados, y el Gobierno no debería interferir en la categoría de los hoteles que se han de construir en suelo que ya está clasificado, precisa. El coste para construir una habitación con dos camas en un hotel de cuatro estrellas ronda "entre los 80.000 y 100.000 euros según los materiales utilizados", explica. Son establecimientos de alta calidad, rayando las cinco estrellas. Por lo tanto, calcula que, "siendo prudentes", lo que está en juego es "una inversión mínima de 250 millones y la creación de unos15.000 empleos en el sector de la construcción", sin contar con los puestos de trabajo indirectos.

A su juicio, la excusa de que no se permiten hoteles de cuatro estrellas para promover la renovación es una cuestión impropia del debate del debate económico. La demanda existe y en Gran Canaria hay necesidad de nuevos hoteles de cuatro estrellas, y existe suelo calificado para hacerlos. El Estado y el Gobierno canario mantienen un conflicto sobre el artículo 4.2 de la ley turística aprobada por el Parlamento regional el pasado 29 de mayo, que solo permite la construcción de hoteles de cinco estrellas en las islas de Gran Canaria, Tenerife, Fuerteventura y Lanzarote.

Capacidad turística

El Cabildo grancanario ha emprendido una cruzada, apoyado por un amplio sector empresarial, el Partido Popular, y el ministro de Turismo, José Manuel Soria, para que el Gobierno de Paulino Rivero modifique la ley de forma que permita la edificación de hoteles de cuatro estrellas en la Isla. El Plan Territorial de Ordenación Turística Insular de Gran Canaria contiene aún suelo vacante calificado en los municipios de San Bartolomé de Tirajana y Mogán. Se puede utilizar ya para hoteles de cinco estrellas. Si se autorizaran de cuatro, la capacidad sería similar.

Los datos aportados por el Cabildo indican que en San Bartolomé de Tirajana, la zona de El Salobre tiene todavía volumen para 2.000 nuevas camas; en Meloneras se pueden construir 12.000; en Campo Internacional en Maspalomas, 4.000, y en Tarajalillo, unas 5.000. En el municipio de Mogán está calificado suelo para unas 2.500 camas en Taurito, 3.000 en Tauro y 2.500 en Puerto de Mogán.

La tesis del Ejecutivo canario se centra en que si se permiten nuevas construcciones de cuatro estrellas, no se va a producir la necesaria rehabilitación de la planta hotelera obsoleta en el sur de la Isla. El consejero de Política Territorial, Domingo Berriel, expone que "las limitaciones solo persiguen garantizar la sostenibilidad del sector en estas islas", cuya capacidad de carga se encuentra en "situación crítica", debido fundamentalmente al consumo excesivo de suelo.

Asimismo, afirma que "lo que resulta muy grave son las condiciones de obsolescencia de gran parte de los establecimientos alojativos que, precisamente, ocupan el territorio urbanizado en primera línea del litoral".

No obstante, tanto el Cabildo grancanario como el PP regional y el ministro Soria argumentan que los hoteles de cuatro estrellas no ocupan más suelo que los de cinco, y éstos ya están permitidos, pero no hay demanda.

La diferencia para los inversores estriba en que el coste de los cuatro estrellas es inferior en impuestos y en ciertas exigencias: no hay servicios 24 horas, restaurantes a la carta y más personal por habitación. Todo ello encarece el producto y limita la demanda, aclara el consejero del Cabildo. En cualquier caso, "los hoteles de cuatro estrellas se hacen hoy en día con una calidad máxima, como si fueran de cinco", sostiene Melchor Camón. "Lo que pasa es que el Gobierno quiere beneficiar a otras islas que no tienen tanta ocupación", sentencia.